Teresa Portela: “En casa me animan a que siga”

Cuando Teresa Portela disputó sus primeros Juegos, en Sídney 2000, el mundo era muy distinto al actual. El precio del diésel no llegaba al euro, no existían Twitter, Instagram ni WhatsApp y, en lo deportivo, aún no habían debutado Rafa Nadal o Fernando Alonso. Pese a ello, la piragüista gallega, que en París acumuló su séptima participación olímpica, no se imagina de otra forma que no sea dando paladas al agua. “Tengo cuerda, todavía sigo ahí“, asegura a AS en su vuelta al trabajo. “Ya he tocado piragua. Este año, me he permitido más tiempo de lo normal, comparado con otros años, pero sí, ya la he tocado, ya he estado en el gimnasio y ya lo estoy retomando todo”, explica Portela, de 42 años y extensísimo palmarés: plata en Tokio 2020, 17 medallas mundiales y otras 17 europeas.

En París, Teri, como se le conoce de forma cariñosa, terminó sexta en el K4 500, al lado de Sara Ouzande, Estefanía Fernández y Carolina García, una embarcación que se formó alrededor de su experiencia, cuando sus compañeras se trasladaron desde Sevilla para entrenar en Verducido (Pontevedra). Sus siguientes pasos dependerán del enfoque que se le quiera dar al proyecto. “Ahora, toca replantearme las cosas y fijarme un nuevo objetivo. Todos los años tenemos Campeonatos del Mundo y eso suele ser lo más importante (son en agosto y, antes, hay Europeos en junio). De momento, voy a ir con calma. También necesito saber la idea de la Federación y dónde va a estar el equipo nacional, que aún no se sabe. A partir de ahí, me fijaré una meta e iré a por ella", revela.

Antes de darle vueltas a su futuro, Portela, en su querida Galicia, ha aprovechado para “romper la rutina y descansar, sobre todo, la cabeza”. “He estado cuidándome”, resume la subcampeona olímpica, que es “ante todo, mamá“, tal y como destaca en sus redes sociales. “Para mí, desconectar significa estar en casa. Estar con mi hija y con mi marido. Disfrutar de pequeñas cositas que, durante la temporada, no puedo hacer. Tenía la necesidad de hacer cosas absolutamente comunes y normales”, explica tras vivir su séptimo ciclo olímpico, siendo la deportista nacional con más participaciones en unos Juegos. Por delante, incluyendo la categoría masculina, sólo tiene al marchador Jesús Ángel García Bragado, con ocho. Una meta que no descarta.

“Los Ángeles están ahí, pero a día de hoy se ven lejos”, dice Portela, con precaución, pero con mucha energía para acometer el reto. “En casa me animan a que siga. Son felices por poder acompañarme en cada viaje y en cada paso que doy. Me animan siempre, siempre, siempre a que continúe”, revela la gallega, cuya hija, Naira, tiene 10 años y su marido, David Mascató, también fue dos veces olímpico como piragüista. Son su motor en una trayectoria que, pase lo que pase, ya es patrimonio del deporte español y mundial. “Yo ya estoy feliz con mi carrera. Creo que ya hice historia yendo a los sextos Juegos y, además, consiguiendo esa plata. Luego, ir a unos séptimos ha sido increíble. Si llegan otros, bien, pero, si no, estoy absolutamente feliz con todo lo que me ha dado el deporte", reflexiona. De momento, vuelve a estar en marcha.

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