Su Majestad Felipe Perrone

Tiene 37 años y es el único de todos los deportistas que hay en estos Mundiales que ya estuvo en Fukuoka 2001, cuando España se colgó su segundo oro y el joven Felipe Perrone, de 15 años y jugador de Brasil, grababa los partidos desde la grada. Da igual que hayan pasado 22 años desde entonces, Magic Perrone podría jugar hasta el fin de los tiempos brillantemente, como hizo ante Montenegro en la segunda victoria de la Selección masculina que le garantiza la primera plaza de grupo y tener la posibilidad de unos cuartos de final más asequibles. La lucha por las medallas se fraguó en estas victorias ante los dos balcánicos.

Con la capacidad de jugar en todas las posiciones y de nadar como un velocista, Perrone anotó cinco de los diez tantos que hizo España, todos ellos en momentos clave, que le dieron a los de David Martín una victoria de prestigio y contundente. Perrone abrió la lata al contraataque (1-0), puso el 5-4 antes del descanso en superioridad y anotó el primer del tercer parcial para recuperar la ventaja de dos goles para la Selección (6-4), de nuevo al galope, recogiendo el balón como un receptor de béisbol y colocándolo suavemente cual tirador de baloncesto. De nuevo en superioridad, hizo el 7-5 que propició el comienzo de la racha española, y a falta de tres minutos, con una vaselina preciosa, remató el encuentro con el 10-7.

Al margen de la actuación destacada de Perrone, Martín apostó por un cambio en la portería ante la joven, dinámica y bien entrenada Montenegro, siempre un hueso porque en muchos aspectos es un espejo de España. Edu Lorrio arrancó el partido con tres paradas seguidas que le dieron confianza y le ayudaron a completar un notable ecuentro, clave en el último cuarto cuando Montenegro apretó; el héroe de los pasados Mundiales, al detener el penalti determinante que le dio el oro, suma en esta Selección que cuenta bajo los palos con el talento Unai Aguirre.

Al margen de los nombres propios, Perrone y Lorrio, el partido se desarrolló en el alambre los dos primeros cuartos. Los tantos de Perrone y Granados los contrarrestó Petkovic y Popadic, el primero en superioridad, lo que llevó el 2-2 al final del primer cuarto. Los porteros sobresalían, y los lanzadores españoles (Granados, Sanahuja y Munarriz) estaban más por tareas defensivas. “No podemos recibir 14 goles”, se quejaban los españoles después del primer partido ante Serbia (14-16). La defensa era la prioridad y así fue durante todo el choque. Famera y Barroso, que debutaba, se unieron a Perrone para poner el 5-4 en el segundo parcial. Montenegro le mantuvo el pulso al encuentro por medio de Durdic y Cuckovic.

Pero España, que estuvo más espesa en ataque que el primer partido, apretó aún más las tuercas en defensa y encontró a Perrone a su goleador. El parcial de 4-2 en el tercer parcial, con tantos también de Bustos desde la boya y Munarriz, sirvió para rebajar la tensión de un partido que remataron las paradas de Lorrio, el buenhacer defensivo español (apenas dos de ocho en superioridades) y los tantos de nuevo de Perrone y Sanahuja. Un 11-7 a Montenegro es un golpe encima de la mesa. Si Granados fue la estrella ante Serbia, Perrone se lleva el MVP ante Montenegro en una exhibición 22 años después de pisar unos Mundiales por primera vez como un mero adolescente soñador. Ahora es una referencia mundial y uno de los mejores de la historia.