La española que oposita a atleta perfecta: “Quiero las medallas”

Esgrima (espada a un toque), natación (200 metros libres), hípica (salto ecuestre), tiro y carrera. Laura Heredia (24 años) lo hace todo y, además, muy bien. En los Juegos de París, la española se ha convertido en la primera olímpica nacional en pentatlón moderno, una disciplina que combina las cinco pruebas mencionadas. Cada una, además, simboliza cada uno de los cinco aros olímpicos. En la Antigua Grecia, el pentatlón era el clímax de los Juegos y coronaba al Victor Ludorum. Es decir, al atleta más completo, más perfecto. En el Castillo de Versalles, sede histórica para una disciplina con mucha historia, Heredia oposita a ello.

“Soy una deportista ambiciosa y tengo la mira puesta en las medallas, pero mi prioridad es disfrutarlo y vivir esta experiencia que es única. Me veo con las capacidades suficientes como para llegar a un diploma olímpico, y, si todo va muy bien, podría estar en las medallas”, dice Laura, apuntando alto, pero sin despegarse del suelo. La española logró la clasificación para los Juegos en junio del año pasado, con una plata en los Juegos Europeos de Crackovia, pero tiene más resultados que avalan sus posibilidades. En 2018, se proclamó campeona de los Juegos de la Juventud. En 2022, fue oro en los Europeos sub-24 y novena en los Mundiales absolutos. El año pasado, fue séptima en la Copa del Mundo de El Cairo (Egipto) y cuarta en la de Ankara (Turquía). Esta temporada, que se la ha tomado con más calma, fue sexta en la Copa del Mundo de Sofía (Bulgaria).

Pese a que será la primera mujer española en competir en unos Juegos en pentatlón, Laura no será la primera Heredia olímpica. Su hermano, Aleix, ya lo fue en Tokio. Los dos empezaron en la disciplina en la escuela Llor de Sant Boi, a la que también fueron los hermanos Gasol. Pedro Pérez, actual técnico de la Federación Española de Pentatlón Moderno (FEPM), fundó el club local e impulsó el pentatlón como deporte extraescolar. Laura, con cinco años, se unió al grupo y, muy pronto, empezó a destacar. Como cadete, ya se proclamó campeona de Europa. Cursó tercero de la ESO en la Blume, en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, y después, volvió a Cataluña para entrenar en el CAR de Sant Cugat, donde sigue.

Un biomecánico para la natación

Como pentatleta, el punto fuerte de Laura Heredia es la parte final de la prueba, que combina 3,2 kilómetros (campo a través) con cuatro rondas de tiro. Es el momento en el que se decide todo. La equitación, en el lado opuesto, es lo que más le cuesta. La esgrima le parece “muy entretenida” y, de cara a los Juegos, se ha centrado mucho en rascarle segundos a la piscina. Para ello, ha intensificado su trabajo al lado de un biomecánico. “Siempre habíamos tocado alguna cosa, pero, este año, cada semana hemos hecho una sesión. Nunca habíamos perfeccionado la natación, y creo que me ha marcado muchísimo la diferencia”, asegura. Toda ayuda es poca para convertirse en la atleta perfecta.