Galán y Lebrón ganan y conquistan a Buenos Aires

No sólo Juan Lebrón y Alejandro Galán ganaron el Master de Buenos Aires, sino que también conquistaron al público de La Rural, que esta vez sí se rindió y ovacionó a uno de los españoles que ha mantenido hasta ahora una relación poco amistosa con ese escenario. Juan Lebrón acabó el partido con unos gestos de perdón por el pasado, y un amor incipiente con los aficionados, pelillos a la mar, porque desde ambas direcciones se trasladó un mensaje diferente: queremos que ganen los de casa, pero si tu eres el mejor nos rendimos a ti por un si me gusta que disfrutéis, pero lo mismo he tardado en entenderlo, seguid cantando si queréis. Juan, además, fue galardonado con el premio de mejor jugador de la final, y como el más deportivo, un doble reconocimiento público para premiar esta mutación de afectos por ambas partes.

Al margen de ese colofón, lo cierto es que Galán y Lebrón se presentaron en Buenos Aires como virtuales números uno del año 2022, y lo ratificaron en la capital de Argentina: ya no necesitan jugar ni un torneo más (quedan dos), ni siquiera presentarse a ellos. Lo han hecho a lo grande, llevarse un Master, jugando desde la ronda inicial, y sin perder ni un set: 7-6 y 6-2 en la final ante Belasteguín y Coello, que sólo en el primer set rozaron apuntarse la primera manga con una pareja que siempre lleva a sus rivales al límite, y que si no lo aguantan están inexorablemente perdidos. Los errores supuestamente no forzados de Bela y Arturo son producto en la mayoría de buscar tiros que no les dejen vendidos, que no sean neutrales, porque traen y resto letal.

Lebrón y Galán suman así su noveno títulos de la temporada del WPT. Es decir, prácticamente ganan uno de cada dos (se han disputado 20) y no se les ve límites. Cualquiera, como en la final, saben que ellos dos pueden reaccionar a cualquier situación, y por mucha ventaja que lleven los rivales, revertir el marcador. No necesitan de mucha preparación para definir, porque basta un globo no perfecto para acabar la jugada, y tienen tanto alcance que cierran todos los espacios, con pocos ángulos, y con la red siempre ganada. Ese es el resumen de otro día en la oficina para la pareja española.