España pica piedra para ahorrarse los cuartos de final

En Olot, todo es felicidad. Después de vencer a Portugal y a Francia, la Selección femenina de hockey patines, este miércoles, llegó a la pista Josep Jou sin poder esconder su sonrisa. Tras superar a una correosa Italia (3-1), que aguantó el empate hasta los dos últimos minutos, abandonó el pabellón con el mismo posado. Con la victoria contra las transalpinas, España, primera del Grupo A e invicta, accedió directamente a las semifinales del Europeo. Sin pasar por cuartos de final. A ritmo de campeonas. Este viernes (20:30, por Teledeporte y Esport 3), se medirá contra las ganadoras del Alemania-Francia. El penúltimo escollo hacia su octavo título continental. Y los últimos seis han sido seguidos. Hay muchos motivos para pensar en que la racha se eternizará.

A los pocos segundos de empezar, Aina Florenza, muy activa, avisaba por primera vez mandando la pelota al palo. Esto es la Selección. Pura abrasión. La portera italiana, Viki Caretta, que juega en España desde los 18 años (ahora tiene 23 y milita en el HC Coruña), sabía a lo que se enfrentaba. Y aguantó tanto como pudo. Que fue mucho. Antes de ceder por primera vez, le cerró las puertas a la propia Florenza en varias ocasiones, incluso en un penalti. También a Anna Casarramona, de vuelta a la titularidad después de descansar contra Francia. La Selección, muy dominadora, amasaba posesión y ocasiones; Italia, agazapada, sacó oro de los más parecido a una oportunidad que tuvo. Porque no fue ni eso. Elena Tamiozzo, buscando rematadora, terminó encontrando la red de Anna Salvat. Y le planteó, puede, más preguntas de las esperadas a España.

El combinado dirigido por Ricard Muñoz, sin embargo, tiene respuestas para todo, tal y como demostró remontando contra Portugal. A cinco de terminar la primera parte, tres minutos después de encajar el gol, Sara Roces, espléndida contra Francia, puso el empate, resultado que valía para la clasificación directa a semifinales. En dos tiempos. Primero, Marta González disparó desde lejos; luego, y ante la enésima reacción felina de Caretta, Roces definió. Italia era un muro difícil de demoler. Y Muñoz, entre mucha táctica y varias correcciones específicas, insistía en una idea: “Seguimos picando piedra, chicas”, metaforizaba.

Insistencia con premio

Y España siguió picando piedra. Y topándose contra Caretta, inspiradísima. Paraba por arriba, paraba por abajo. Hacía aún más pequeña la portería, ya pequeña de por sí. Marta Piquero, tras descifrar lo más difícil, se desesperaba al no acertar por centímetros por debajo de las piernas de la italiana. Como Florenza, que intentó incrementar los cuatro tantos que llevaba en la competición de todas las formas posibles. A dos minutos del final, lo consiguió. Ya van cinco. Y en medio minuto de locura, Mariona Colomer, que había entrado al partido para revolucionarlo, puso la guinda. Otra mueca de felicidad en la Selección, que se ganó el derecho a descansar un día antes de empezar a pensar en las medallas.

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