Deiveson Figueiredo: de cuidar vacas a campeón de la UFC

Los deportes de contacto tienen historias fascinantes entre sus peleadores. Una de ellas es la de Deiveson Figueiredo, que trabajaba cuidando vacas en la granja de su padre hasta que se proclamó campeón del peso mosca de la UFC, la compañía más importante de MMA del mundo. Este sábado (11:00, Max), el brasileño se enfrentará al también exmonarca Petr Yan en la pelea estelar del UFC Macau.

El Deus da Guerra nació en Soure, una pequeña de ciudad en Brasil. Trabajaba cuidando vacas en la granja de su padre, que era criador de búfalos, hasta los 13 años. El amor por los deportes de contacto le vino de él, ya que practicaba Lucua Marojoara, que se basa en el combate corporal con elementos culturales y es originario del norte de Brasil. Y su amor por los animales también continúa, ya que mantiene uno de sus búfalos, llamado Ferdinand, como mascota.

Figueiredo, de pequeño, comía turú, que es un molusco en forma de gusano y sabor a ostra que vive en los troncos de los árboles. Era una de sus principales fuentes de proteína y hierro y él mismo aseguró que ese suplemento no podía faltar en su nevera. Cuando tenía 13 años, su padre se fue de casa. Ese supuso un trauma para el brasileño y se convirtió en un adolescente conflictivo, que empezó a beber y a fumar. “No respetaba a mi madre”, contó entre lágrimas en una entrevista a MMA de Primera. Para evitar que su hijo no cayese en la delincuencia, ella trabajaba duro limpiando casas. Deiveson se mudó a los 16 años a Belem junto a su hermano pequeño Francisco, donde comenzaron sus entrenos de capoeira y MMA de la mano de peleadores como Iuri Marajó Alcántara y Michel Prazeres. Fue una época económicamente difícil para ellos, y la madre de Prazeres se encargaba de hacerles de comer y pagarles el alquiler cuando no podían.

Durante esos años, el brasileño trabajó de agente de seguridad en una peluquería. Ahí aprendió a cortar el pelo y a maquillar para llevarse un dinero extra. “En esa época, venían muchas novias. Había horario de entrada, pero no de salida”, explicó. Se fue a un restaurante de sushi como recomendación de un compañero de gimnasio, pero duró tan solo un mes. Después trabajó de albañil y de taxista en moto, y estuvo alternándolos con sus entrenos hasta que fichó por la UFC en junio de 2017.

En julio de 2020, Figueiredo se proclamó campeón del peso mosca al someter a Joseph Benavídez en el segundo asalto en una revancha, que además le sirvió para llevarse el bono de Actuación de la Noche. Defendió su corona con Alex Pérez, sometiéndole también, hasta que llegaron cuatro combates con Brandon Moreno. El brasileño y el mexicano protagonizaron una de las sagas más seguidas de la compañía. El primer choque fue en diciembre de 2020 y firmaron un nulo, dejando las ganas de volver a verlos en la jaula por las nubes. En el segundo, Moreno le arrebató el cinturón devolviéndole una sumisión en el segundo round, pero no duró mucho en sus manos, ya que, siete meses más tarde, Deiveson lo recuperó por una decisión unánime. Finalmente, el mexicano se coronó en la saga con un TKO.

Para cambiar de aires, Figueiredo dio el salto al peso gallo, categoría en la que es quinto en el ranking. Se midió con el excampeón Cody Garbrandt en el UFC 300, y le sometió en el segundo asalto. Cuatro meses después, se impuso a Chito Vera a los puntos para seguir escalando en las listas. Este sábado, se verá las caras con Petr Yan, que también fue monarca de la división y lucha por volver a tener otra oportunidad titular, estando actualmente en el tercer puesto. Una pelea que definirá, posiblemente, el próximo aspirante al título, actualmente en manos de Merab Dvalishvili.

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