Michelle Alonso, la sirenita de oro, deja el deporte de élite
La nadadora paralímpica, que fue oro en los 100 metros braza de los Juegos de Londres, Río y Tokio, se retira por una lesión en el hombro derecho.
Siempre cuesta decir adiós, pero más aún si una lesión es el motivo. Cuando Michelle Alonso (Tenerife, 1994) sufrió una tendinitis supraespinosa en su hombro derecho supo que el reto sería mayúsculo y, tras un año muy complicado, con el dolor presente en cada brazada, la nadadora paralímpica ha anunciado su retirada. Michelle no deja las piscinas, eso sería imposible para la sirenita, pero sí se aparta del deporte de élite. Así lo expresó ella misma, visiblemente emocionada, tras recoger el premio concedido por la Asociación de la Prensa Deportiva de Tenerife en su Gala del Deporte. Toda una sorpresa para los allí presentes.
“Estoy lesionada en el hombro derecho. Ha sido un año muy complicado. Me gustaría seguir adelante, pero lo siento. Tengo que parar. Tengo que descansar el hombro porque lo tengo bastante jodido. Seguiré nadando, pero de élite ya no puedo más. Lo siento. La lesión va a ser más de lo que esperaba. Debo hacer rehabilitación y va a ir para largo”, explicó antes de que su voz se quebrase y confesara entre lágrimas: “La decisión ha sido muy difícil para mí”. A lo que el auditorio respondió con una tremenda ovación, con el público puesto en pie.
La sirenita se acordó de su familia, su club (Midayu Tenerife), su entrenador (’Guada’) y, por supuesto, de sus compañeros. Ellos han estado ahí en su camino, bañado en oro. Y es que la canaria posee un brillante palmarés, construido con un tremendo sacrificio ya que convivía con un gran hándicap: su alergia al cloro. Eso no la impidió conseguir el oro en los 100 metros braza —en categoría de discapacidad intelectual (S14)— de Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020. Su reinado en los Juegos es incontestable. Los últimos, los celebrados en el país nipón, fueron especiales también porque Michelle se convirtió en la abanderada del equipo español, junto a Ricardo Ten, durante la ceremonia inaugural.
Unos problemas de espalda la sumergieron en la natación con sólo siete años, aunque sus inicios no fueron fáciles. Tenía problemas de comunicación, no encajaba con el resto de compañeras y las burlas le hicieron plantearse tirar la toalla. Hasta que el Ademi y José Luis Guadalupe, su entrenador y mentor, le mostraron que en el agua podía ser feliz. Su tesón y talento le ayudaron a recuperar la seguridad en sí misma y dejar atrás el rechazo sufrido por ser diferente. Aquella sonrisa llegó para quedarse. No la abandonó incluso en sus peores momentos. La lesión del hombro irrumpió a finales de 2021 y reapareció a mediados de abril. A pesar de haber entrenado con normalidad sólo diez días por la dichosa tendinitis, que le impidió mover el brazo un mes y medio, Michelle se colgó el oro en el Mundial de Madeira el pasado verano.
La nadadora paralímpica se despide de la alta competición por todo lo alto, valga la redundancia. El destino quiso que su último gran hito lo conquistase en Japón, uno de sus países favoritos para esta enamorada del sushi, del anime y el manga. Una Michelle que además, hace algunos años, ya protagonizó un documental en la cadena nipona WOWOW. A partir de ahora será fácil encontrarla... dentro del agua con una brillante sonrisa. Por algo siempre será la sirenita de oro.