Madrid, te toca: el Bernabéu toma nota de los partidos de Londres

Se equivoca quien piense que lo que la NFL llevará el año que viene a Madrid es simplemente un partido de fútbol americano. La liga que más dinero mueve de todo el planeta aterrizará, como avanzó AS en exclusiva, en la capital de España en 2025, probablemente en el mes de noviembre, y lo hará ofreciendo la ‘experiencia NFL’ al completo. Porque el espectáculo de esta competición cuando cruza sus fronteras va mucho más allá del encuentro en sí, que también está repleto de momentos trepidantes, sino que lo que proporciona es la representación más fidedigna de cómo se vive en Estados Unidos su deporte rey. AS vivió este domingo desde dentro el duelo en el Tottenham Hotspur Stadium de Londres en el que los Chicago Bears batieron a los Jacksonville Jaguars (35-16) para conocer qué es lo que viene al Santiago Bernabéu.

“Esto parece Chicago ahora mismo”, comentaba la prensa española al dar un paseo por las inmediaciones del estadio del Tottenham, el cual acogió ayer su 10º partido de NFL y es un espejo en el que el Santiago Bernabéu se puede, y debe (el año pasado el Real Madrid ya lo visitó, y en este curso tienen planeado viajar hasta Múnich para el Panthers-Giants), mirar. Primero, por la modernidad de ambas instalaciones que permite estar a la última del entretenimiento, y también por presentar unas características similares: como el Bernabéu, el estadio del Tottenham está en una zona residencial y no dispone de grandísimas explanadas (motivo por el que el Metropolitano estuvo en la pole durante mucho tiempo ante la llegada de la NFL a Madrid).

Sin embargo, la liga se las apaña para ofrecer todo tipo de actividades: conciertos, juegos como chutar un field goal o lanzar balones, infinidad de opciones de comida y bebida… Todo eso sumado a que la liga ‘invade’ el resto de la ciudad, montando otras tantas actividades en lugares emblemáticos (la Plaza Mayor es la “prioridad número uno”, dicen desde la NFL) o determinando pubs oficiales en los que los aficionados puedan congregarse. El fútbol americano no deja de ser, en muchas ocasiones, una excusa para socializar, para pasar buenos ratos y para adentrarse en un mundo que resulta apasionante a aquellos que lo siguen de cerca. Para lograrlo, la competición es experta en despertar el gusanillo entre la gente.

Porque esa ‘experiencia NFL’ no trata únicamente del día del partido, sino que va mucho más allá, y durante la semana del encuentro la ciudad se impregna de un ambiente a fútbol americano. Gente local acude, claro, pero también muchísimas personas de otros lugares del país o de otras naciones, incluso de los propios Estados Unidos, que ven en esta una ocasión maravillosa para combinar turismo con el deporte que corre por sus venas. Quizá hace unos años la NFL se veía en Europa como algo muy remoto, como una cosa de yanquis que resultaba difícil de entender, pero esos tópicos se han ido tumbando a lo largo de los últimos años, gracias en parte al trabajo que ha hecho la liga por acercar su producto a lugares lejanos.

Ese “esto parece Chicago” es real, porque si algo hace este gigante del marketing es conseguir que los aficionados se evadan durante un tiempo y trasladarles a aquel ambiente con el que siempre han soñado vivir. En el caso del duelo de este domingo, la amplia mayoría de seguidores era de los Bears, que actuaban de locales, y la atmósfera no distaba mucho de lo que se vive en cualquier domingo de entre septiembre y enero en el Soldier Field de la Windy City.

Al acercarse al estadio en el día de partido, siempre en los clásicos domingos de otoño en los que la NFL se convierte en protagonista de la vida de millones de personas, llama la atención que el ‘99%’ de los aficionados luce algo de merchandising de algún equipo, no necesariamente de los que juegan (la tienda oficial es una máquina de hacer dinero durante el día del encuentro, en el que hay que hacer cola incluso para entrar). Aquí da igual, realmente, a quién apoya uno, porque lo verdaderamente importante es el hecho de presenciar algo especial, algo que hace unos años era inimaginable y que ahora está al alcance de muchas más personas.

Durante el partido, es constante el ir y venir de gente, normalmente para echarse a la mano una cerveza o comida poco saludable. Y cada vez que se detiene el partido, un show distinto con el que amenizar la espera: kiss cam, karaoke de canciones emblemáticas como Mr. Brightside o Sweet Caroline, incluso un concierto al descanso (la prensa española sugirió a la NFL que Rosalía sería una artista a tener en cuenta). Puro Estados Unidos. Los partidos internacionales de NFL son una fiesta para los más devotos de este deporte que dejó de ser algo lejano y friki hace tiempo. La mayoría pasa varios días en la ciudad, desvirtualiza a gente con la que comparte una pasión y se lo pasa en grande, independientemente del conocimiento que tengan sobre fútbol americano. Porque la magia de esto es que la NFL trata de ser accesible para todo tipo de público, y lo consigue porque todo el mundo sale con una sonrisa de oreja a oreja. Lo sigue todo muy de cerca Madrid, que apunta detenidamente cualquier detalle a tener en cuenta y ya va cogiendo forma lo que se puede ver en poco más de un año en el Santiago Bernabéu. Le toca a España.