“La Ryder fue la semana más dura mentalmente de mi carrera”

El otoño en España es, entre otras cosas, la posibilidad de ver en directo a Jon Rahm. Fiel a su cita de cada año con el Open de España, que jugará por séptima vez consecutiva (no se ha perdido una sola edición desde que es profesional, con la de 2020 cancelada por la pandemia), el vasco ya está en Madrid, donde este martes ofreció una rueda de prensa con motivo de la presentación del abierto nacional, que acoge una vez más el Club de Campo.

Llega más descansado que en 2024, cuando echó pie a tierra en Barajas escasas horas después de que su mujer, Kelley, alumbrara al tercer y hasta ahora último vástago de la pareja afincada en Arizona. Entre la intensa Ryder Cup de Bethpage y su comparecencia en la capital ha disfrutado una semana de descompresión, necesaria por lo que se vivió en tierras neoyorquinas, uno de los enfrentamientos más calientes que se recuerdan en la historia de la bienal, que el vizcaíno califica como “la semana más dura mentalmente” a la que ha tenido que enfrentarse en casi una década como profesional.

“Con toda la preparación que hicimos, mentalmente era muy difícil tener una expectativa real de lo que iba a ser el público y fue... muy inhóspito. Se compara con el fútbol, pero en el fútbol no escuchas exactamente lo que te dicen, allí fallabas la calle, llevaban vendiendo alcohol desde las 9 de la mañana, y te decían todo lo que se les ocurría. Lo llevamos muy bien y creo que eso hizo que como equipo jugáramos mejor. Va a ser difícil superar esa semana. Siendo tan joven en mi carrera, veo complicado que algo supere eso, aunque la Ryder de 2031 en España va a ser muy especial”, apuntó Rahmbo, que quiso introducir ciertos matices en las lecturas que se han hecho de lo acontecido en la Gran Manzana: “Se ha criticado mucho, y tampoco quiero que se critique demasiado. Es una semana única, en una ciudad importante, y en un torneo que es muy competitivo. Entiendo que el público esté más volcado y esa zona del país tiene una reputación de tener un público duro, pero también voy a decir algo, y es que he oído cosas peores en un partido de fútbol en España. Es un poco lo mismo. Lo que pasa es que en un estadio lo dice uno y no se oye, pero en muchos deportes por todo el mundo es así o peor. De cara a esta semana pediría que sigan como han sido siempre”.

Campeón en tres ocasiones, que serían cuatro de no haberle derrotado el año pasado Ángel Hidalgo en un playoff para el recuerdo, Jon volvió a enumerar las razones por las que este torneo es un fijo en su calendario: “No puedo dar todas las razones por las que vuelvo a casa, pero las más importantes son, a nivel personal que quiero ganar el torneo y seguir teniendo cierta historia en el golf español. Seve lo ganó tres veces y si puedo llegar a cuatro, espectacular. He tenido la suerte de ser campeón de España amateur desde cadete hasta absoluto, y poder seguir haciéndolo como profesional, y tan rápido, es un honor. Pero mayormente vengo porque considero que es mi deber. Si no fuese por Seve (Ballesteros), Chema (Olazábal), Miguel Ángel (Jiménez), Álvaro (Quirós), Sergio (García)... yo no estaría aquí. Es mi labor, aunque vengo encantado, eh. También competir ante el público español,que muchos es la única semana de su vida que me pueden ver. He tenido la suerte de conseguir ganar medallas de amateur con España y a ver si lo puedo hacer más veces como profesional, porque en la Ryder no represento a España como tal. La esencia es esa, que de manera directa o indirecta hay una generación que, viéndome jugar, espero que quieran llegar a profesionales y lo consigan. A Seve no se lo pude decir ya, pero a Chema y a Sergio sí, y he tenido la suerte de compartir momentos de mi carrera con ellos. En 10 o 15 años espero estar jugando este torneo con alguna promesa que se haya dedicado a esto por mí”.

En ese sentido, quiso agradecer la labor de la organización, en manos de Madrid Trophy Promotions, la misma promotora que organiza el Masters 1.000 de tenis en la Caja Mágica, por darle una dimensión más grande a la cita, que en los últimos años atrae a figuras de renombre internacional y para esta edición contará con el irlandés Shane Lowry, otro de los héroes de la Ryder, el encargado de embocar el putt que garantizó retener la copa a Europa. “Hacéis que todo sea muy fácil para venir aquí, jugar y divertirme. Yo solo juego. Quiero pedir un aplauso para Gerard (Tsobanian, el presidente de la compañía) por el cambio que le ha dado a este torneo. Hacen muy fácil que yo venda el Open de España cuando me preguntan. Mejor comida imposible, el campo un diseño precioso y Madrid se vende solo”, dijo en presencia del citado Tsobanian, el presidente de la Real Federación Española de Golf, Juan Guerrero Burgos, la vicealcaldesa de la ciudad (el alcalde cumplía con un compromiso en Londres), Inmaculada Sanz, y el vigente campeón, Ángel Hidalgo.

Esa apuesta se ha visto recompensada este año con una exención para jugar tanto el Masters de Augusta como el British Open, los dos grandes con más solera de este deporte, que formará parte del botín que se llevará el campeón. Algo que, en opinión de Rahm, le da un salto de calidad al evento y hace justicia a su condición como uno de los abiertos con más tradición del continente: “Es un honor muy grande, habla muy bien de la historia y el prestigio de este torneo. La historia de Augusta National tiene un componente español importante, y que este torneo dé plaza para allí y el British es muy grande. Es uno de los torneos más antiguos de Europa y merece este reconocimiento. Para mí son los dos grandes más importantes y espero que sea algún español el que se lleve el premio de competir en ellos”. Si juega como lo hizo en la Ryder es muy factible que la novedad quede estéril, pues en caso de conquistar por cuarta vez el Open no necesitaría ninguno de esos atajos, a los que ya tiene derecho por su victoria en Augusta en 2023.

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