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Finalizado

RUGBY | SEIS NACIONES

Italia se lleva un palo en el Seis Naciones

Un poste malogra una patada de Garbisi a tiempo cumplido que daba a la Azurra su primera victoria en Francia en el Seis Naciones.

SAMEER AL-DOUMYAFP

Lo impredecible, que es lo que nos arrastra al televisor para presenciar un espectáculo deportivo, ocurrió este domingo en el Pierre Mauroy de Lille, donde Francia recibía a Italia en la tercera jornada del Seis Naciones. Corría el minuto 81, uno más del reglamentario ya, cuando Paolo Garbisi se cuadraba para pasar entre palos la patada que daba a Italia su primera victoria en territorio francés en 24 años de participaciones en el torneo. Garbisi se recreó en su rutina, el balón resbaló del tee, el reloj de pateo se le echó encima, corrió atropelladamente hacia la almendra, golpeó de aquella manera y, en una parábola casi a cámara lenta, esta rebotó en uno de los postes y cayó fuera de la H. Terminó así en empate a 13 un partido que dejó dos lecciones, ambas ajenas a la expulsión de Danty al final de la primera parte, que tuvo al Gallo con 14 durante toda la segunda mitad.

Una, que esta Italia sí tiene justificación en el Seis Naciones. Rozó la sorpresa ante Inglaterra en la primera jornada, encajó con dignidad el correctivo que se le presuponía ante Irlanda y por un capricho del destino no tumbó a un equipo que hace meses estaba entre los principales candidatos a ganar el Mundial. De haberlo conseguido no habría sido por esa superioridad numérica, que también. Más bien por la bravura con la que se empleó en el placaje ante la pléyade de ball carriers que disfruta Francia, y por la alegría con la que se lanzan al abierto ahora los hombres de Gonzalo Quesada, que tienen materia prima para descoser líneas en los Garbisi, Menoncello, Capuozzo, Ioane... Sus cachorros marcaron el camino el viernes con la victoria en este mismo partido del torneo sub-20 y los mayores lo recorrieron, solo que ellos murieron en la meta.

La otra es que la importancia de Dupont y Ntamack en el esquema francés se está revelando mayor incluso de lo que ya se sabía. Galthié puede ser cabezón en su apuesta, pero no estúpido, y a los 50 minutos de partido retiró del 9 a Lucu. Un golpe había dejado antes del descanso fuera de juego a Jalibert, que seguramente no habría durado mucho más porque su primera mitad fue un desastre que para nada entronca con lo que se vio de él en el Mundial, un apertura capaz de disputarle la titularidad a Ntamack.

RESUMEN

FRANCIA (10+3): Baille, Mauvaka, Atonio, Woki, Tuilagi, Boudehent, Ollivon, Cros, Lucu, Jalibert, Lebel, Danty, Fickou, Penaud, Ramos -También jugaron- Marchand, Taofifenua, Roumat, Abadie, Le Garrec y Moefana
Ensayos: Ollivon (6')
Conversiones: Ramos (7')
Golpes de castigo: Ramos (13', 44')

ITALIA (3+10): Fischetti, Nicotera, Zilocchi, N. Cannone, Ruzza, Favretto, Lamaro, Vintcent, Page-Relo, Garbisi, Ioane, Mori, Brex, Menoncello y Capuozzo -También jugaron- Lucchesi, Spagnolo, Ferrari, Canali, Zambonin, Zuliani, Varney y Marin
Ensayos: Capuozzo (69')
Conversiones: Garbisi (70')
Golpes de castigo: Page-Relo (40'), Garbisi (60')

Estadio: Stade de France, París. 
Árbitro: Christophe Ridley, inglés. Roja a Danty en el 40'.

Y eso que el Gallo salió con el cuchillo entre los dientes, buscando balones rápidos en las abiertas y mucha continuidad tras placaje. Dos premisas que se cumplieron en el que sería su único ensayo del partido, de Ollivon. A partir de ahí los locales empezaron a malograr visitas a la 22 italiana con errores propios. Aguantaron mientras la Azzurra hizo lo propio, pero cuando los transalpinos entendieron que la virtud está en la paciencia la cosa se les torció. Aprovechando el golpe de castigo que terminó con la expulsión de Danty, Garbisi estrechó el margen.

El pie de Ramos puso otra vez siete de ventaja en la reanudación para Francia y Garbisi respondió en el ecuador del segundo acto. Al final la fruta caería de madura en un drive en el que los italianos encararon el abierto, donde a Francia ya no le cuadraban los números entre la expulsión y el cansancio, y Capuozzo encontró el banderín. Cuando parecía que estaba todo el pescado vendido, los locales se dispararon en el pie con un retenido a tiempo cumplido, y el resto de la historia ya la conocen.

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