Italia sale del coma ante Gales en el Seis Naciones
La Azzurra corta una racha de 36 derrotas seguidas en el Seis Naciones con un ensayo sobre la bocina de Padovani que silencia Cardiff.
Las lágrimas de Paolo Garbisi tendido sobre el césped del Millenium Stadium de Cardiff explicaban lo que ha sido Italia en el Seis Naciones: una promesa incumplida y, concretamente ahora, una generación que no conocía la victoria, que arrastraba 36 derrotas seguidas y agotaba la paciencia de los cronistas. La Azzurra respondió a las merecidas críticas, ya era hora, este sábado en Cardiff con una victoria sobre la bocina ante Gales (21-22). El postrero ensayo de Padovani descarga de una pesada mochila a los transalpinos y sume en un mar de interrogantes al Puerro, de campeón a cuarto con un pírrico triunfo ante Escocia como efímera alegría.
Todo el crédito a los ganadores. Porque Gales pudo pecar de cierta arrogancia en un tramo final en el que se intuyó ganadora dado el funesto historial de su adversario, pero lo cierto es que este le apretó las tuercas. Italia tenía importantes lagunas en defensa, gasolina limitada en las segundas partes y tendencia a la desconexión. Ninguno de esos factores apareció esta vez.
Las patadas de Garbisi y Padovani les mantuvieron por delante durante toda la primera mitad, en la que incluso pudieron abrir brecha con una carrera supersónica de Ioane, que quebró por el centro y a punto estuvo de ganar la zona de marca. Gales, que alineaba por primera vez este año a Alun Wyn Jones en su 150ª internacionalidad, solo tuvo un fogonazo: un señuelo para Watkin, que encontró una puerta al ensayo en las líneas italianas tras varios mauls sobre la línea de 5 bien defendidos.
Al poco de comenzar la segunda otro posado de Lake invitaba a pensar en el desmoronamiento de la Azzurra, pero Garbisi le mantuvo con vida. En el 68' Adams pareció sentenciar. Ni mucho menos. Padovani, que poco antes había errado un disparo a palos para poner en ventaja a su equipo, se hizo socio de Capuozzo, la perla que debutó con dos ensayos contra Escocia, en una arrancada de dentro a fuera que pilló desprevenida a la defensa galesa. Según el oval traspasó la H en la conversión de Garbisi, el árbitro señaló el final del encuentro en un Millenium sepulcral.
Los italianos se abrazaban en el suelo y celebraban como si hubieran ganado un Mundial. No lo han conseguido, pero ya tienen un argumento frente a los que recelan de su presencia en el Seis Naciones y un punto de partida para volver a ilusionar bajo la batuta de Kieran Crowley. Su homólogo galés, Wayne Pivac, tiene mucho que pensar. Gales no ha tenido alma en este torneo y queda un año y medio para Francia 2023.