GOLF | BMW PGA CHAMPIONSHIP

Rahm se pone serio: de sufrir a amenazar en Wentworth

El español, que arranca con un doble bogey y el corte lejos, se repone para terminar con 67 golpes (-5 para -6). Campillo (-7) y Larrazábal (-6) acompañan.

GLYN KIRKAFP

Justo a tiempo. Después de firmar su peor tarjeta en Wentworth (uno bajo par) y de complicarse el acceso al fin de semana, Jon Rahm, este viernes, recuperó parte de su mejor golf. Lo necesita él y lo necesita el equipo europeo de la Ryder (del 29 de septiembre al 1 de octubre). Con una tarjeta de 67 golpes (-5 para -6), el ‘León de Barrika’, con uno de esos zarpazos que fueron rutina a inicios de año, pasó de sufrir para pasar el corte, tal y como él rumiaba durante su vuelta, a ser una amenaza real de cara a la victoria en el BMW PGA Championship, situado a cuatro golpes del liderato. Con él, Jorge Campillo, instalado en el top-10 con un -7 en su registro total, y Pablo Larrazábal (-6). Al frente, la dupla sueca formada por un inspiradísimo Sebastian Soderberg (-8 para -10) y un Ludving Aberg (-6 para -10) que alargó sus buenas sensaciones del primer día.

“Es extraño lo que realmente pasa por la mente de un jugador”, declaró un reflexivo Rahm al concluir su segunda vuelta, en la que se puso serio, pero también recuperó la sonrisa. La dejó escapar en varias ocasiones. La más grande, algo irónica, pero también sanadora, en el último hoyo, cuando un putt para eagle se negó a entrar. Fue birdie, el sexto de un día que arrancó con un doble bogey y un bogey en el par 4 del 3. “Son cosas que pueden suceder en el golf”, continuó Jon en sus profundas explicaciones. “Me encontraba con un +3 (+2 en el total) en el tee del cuarto hoyo, pero le dije a Adam (Hayes, su caddie) que, si podíamos volver al par al llegar al décimo, todavía había opciones de restar dos, tres o hasta cuatro golpes. Era posible”, reveló.

El noveno hoyo, clave

Mucha sabiduría en los palos de un ganador de 28 años, que se recuperó nada más tener esa conversación con su caddie. “Cuando tienes un inicio así, al menos, tienes tiempo de recuperarte”, bromeó Rahm en una jornada interrumpida por la lluvia. Calle y green a cuatro metros del hoyo para encontrar un eagle esperanzador en el par 5 del 4. Un reset. Una oportunidad de recuperarse tras el desesperante inicio, que fue seguido de calma y, luego, de brillantez. Tras jugar al par en los siguientes cuatro hoyos, Jon encontró su primer birdie en el 9, un punto de inflexión. Hasta concluir su vuelta, restó cinco veces más. “Gané un poco de confianza después de ese putt en el 9 (muy largo) y jugué unos nueve últimos fantásticos”, celebró el español, con dos segundos puestos en sus dos participaciones en el torneo. Puede volver a mirar hacia arriba.

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