Rahm: “La Realidad Virtual nunca se acerca a la vida real”
La innovación tecnológica llega a la Ryder Cup: cascos de “VR” para entrenar la presión, aunque Rahm recalca que el verdadero examen es en vivo.
El vestuario europeo no quiere sorpresas en la Ryder Cup de Bethpage. Rory McIlroy, gran líder espiritual del equipo junto a Jon Rahm, desveló tras el BMW PGA Championship que el equipo está entrenando con cascos de realidad virtual que recrean no sólo el recorrido del mítico campo neoyorquino, sino también el ambiente hostil que podrían encontrarse en el primer tee: gritos, abucheos, insultos personalizados. Una forma innovadora de prepararse para lo intangible. Y en medio de esta estrategia aparece Jon Rahm, que vuelve a ser uno de los grandes pilares del equipo dirigido por Luke Donald.
La idea, contaba McIlroy, es “desensibilizar” a los jugadores. Cada miembro del equipo puede elegir hasta qué punto quiere que los comentarios sean agresivos: desde bromas hasta ataques “cercanos al hueso”. El objetivo no es otro que pisar Bethpage con la sensación de que nada va a sorprenderte. “Puedes ponerte todos los cascos de VR que quieras, pero en el primer tee es real, y tienes que lidiar con ello”, admitía el norirlandés. McIlroy, que acumula ya seis participaciones en el torneo y que vivió de cerca la dolorosa derrota de 2021 en Whistling Straits (19-9), subrayó que cualquier ayuda psicológica es bienvenida para evitar que reaparezcan viejos fantasmas.
Jon Rahm, máximo referente del golf español de esta generación, también se ha pronunciado sobre este experimento. El vasco lo ve como un ejercicio interesante, incluso divertido, pero avisa: “la Realidad Virtual nunca se acerca a la vida real”. El campeón de Augusta sabe bien lo que significa ese momento en el tee inicial, con miles de gargantas coreando o silbando a cada golpe. Para él, la simulación ayuda a anticipar, pero el auténtico examen empieza cuando la bola vuela.
Su papel, además, tiene un valor añadido. Entró en el equipo como una de las seis elecciones de capitán de Luke Donald y representa mucho más que puntos en el marcador: es el estandarte de la herencia española en la Ryder Cup, la continuidad de la estirpe de Seve Ballesteros, José María Olazábal y Sergio García. En un equipo en plena transición, su liderazgo es gasolina emocional para un equipo que busca retener la Copa conquistada en Roma 2023.
Los de Donald volarán este domingo a Nueva York y recorrerán en los próximos días Bethpage Black y otros campos de la Costa Este como Shinnecock Hills o Aronimink, escenarios de futuros Majors. Será la antesala de tres jornadas que prometen intensidad máxima: 28 puntos en juego, foursomes, fourballs y los decisivos individuales del domingo. A Europa le bastará con sumar 14 para retener la Copa conquistada en Roma 2023; Estados Unidos necesita 14,5 para recuperarla.
La VR puede preparar los oídos, pero en Bethpage lo que contará será el corazón. Rahm lo sabe, McIlroy también. La batalla empieza mucho antes del primer golpe, aunque la historia solo recordará lo que ocurra cuando el silencio se rompa en el tee inicial de Nueva York.
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