El eterno retorno de Tiger Woods
Tiger Woods sale en Riviera 216 días después de su última aparición competitiva. Jon Rahm y Rory McIlroy vuelven a optar al número uno, ahora en manos de Scheffler.
Han pasado 216 días de la segunda ronda del British Open 2022, la última aparición competitiva de Tiger Woods si excluimos el lúdico PNC Championship, torneo no oficial que jugó con su hijo Charlie. Siete meses de ausencia que tocarán a su fin a las 21:04 de esta noche, cuando el Tigre saldrá en el Genesis Invitational junto al norirlandés Rory McIlroy y al estadounidense Justin Thomas.
Es el eterno retorno de un cuerpo destrozado por las lesiones. Entre las más graves, la que sufrió precisamente dos días después de la conclusión de esta cita hace dos años. Un accidente de tráfico cerca del Riviera Country Club casi le cuesta la pierna derecha y sus secuelas han acabado con la posibilidad de ver a Woods jugar un calendario completo. Ya solo está para majors y algún torneo regular suelto, pero mantiene su caché intacto y prueba de ello es que la principal noticia esta semana en Los Ángeles no es la lucha por el número uno, ni la potencia del cartel congregado, sino su presencia.
También sigue incólume su gen competitivo: “No saldría a jugar si no pensara que puedo ganar”, afirma pese a que reconoce que, incluso con los progresos que ha hecho en estos dos años, le sigue costando andar. “Todavía puedo pegar tiros, pero es la parte de andar la que me cuesta. Es algo que hemos tenido que trabajar, caminar largas distancias en la playa para desestresar y testar cómo aguanta el tobillo”, desarrolló al respecto el californiano.
Más allá de Tiger, otro centro de los focos es Jon Rahm. En su quinta salida del año, el vasco tiene el número uno de nuevo a tiro. Necesita ganar y que Scheffler no pase de un segundo puesto empatado; o quedar segundo y que McIlroy no gane y Scheffler acabe como mucho 23º empatado. Él jugará desde las 16:24 con Patrick Cantlay y Viktor Hovland. El quinto puesto de 2021 es su techo en el afamado diseño de George C. Thomas y William P. Bell, un test exigente con hoyos míticos como el par 3 del sexto, con un bunker en el centro, o el par 4 en altura que cierra el recorrido.
Allí se pondrán en juego otros 20 millones de dólares (como el Phoenix Open, esta cita también ha recibido este año la categoría de ‘elevated event’), de los que una parte, su rendimiento dictará cuál, irá a engrosar la cuenta bancaria de un Rahm que en su séptima temporada completa en el circuito ya ha alcanzado los 40 ‘kilos’ en ingresos (es el 26º golfista que lo consigue en toda la historia del PGA). Y que una semana más figura entre los favoritos al título y al trono de este deporte.