POLÍTICA DEPORTIVA | VÍCTOR FRANCOS
“El fútbol pierde con la crispación”
El nuevo secretario de Estado para el Deporte, nombrado hace un mes, no mira a las elecciones del día 23. “Si trabajamos con la sensación de interinidad, no lo haremos bien”.
La convocatoria de Elecciones Generales removió el sillón de secretario de Estado para el Deporte. José Manuel Franco salió hacia el Senado y el día 13 de junio, el Gobierno nombró a Víctor Francos (Cerdanyola del Vallès, Barcelona, 1979) presidente del Consejo Superior de Deportes. La mano derecha del ministro Miquel Iceta (ocupaba el cargo de secretario general de Cultura y Deporte) llegaba hasta la sede de Martín Fierro. Un mes después, desgrana sus ideas en AS.
-¿Cómo lleva estos primeros días? No ha parado...
-¡Es un mes ya! He decidido tener una agenda intensa porque es importante acercarme a los deportes y los deportistas y eso exige un esfuerzo de movilidad. No quita para que esté cansado… Pero me he encontrado un mundo del deporte muy ordenado y sensato.
-¿Cuando el ministro Miquel Iceta le dice que tiene que asumir la presidencia del Consejo Superior de Deportes, que en realidad era bajar en el organigrama del ministerio porque usted era el secretario general y su mano derecha, se lo piensa mucho?
-Cuando el ministro Iceta me pide algo, no me lo pienso. En la balanza con él, tengo en el mismo plano el respeto y la admiración. Le dije sí inmediatamente.
-Desde fuera, tenemos la apreciación de que el deporte es el hermano pequeño de cultura dentro del ministerio. ¿Desde dentro es diferente?
-¡Diría que la gente de la cultura lo ve al revés! El deporte tiene un ámbito de popularidad superior, aunque la cultura, en algunos ámbitos, tenga más fuerza. El ministro los ha puesto en el mismo plano. Es lo que nos pidió el primer día, aunque es verdad que son dos mundos que no tienen nada que ver.
-Con unas elecciones a la vuelta de la esquina, ¿condiciona trabajar con una cierta sensación de interinidad?
-No, porque siempre he tenido vocación de permanencia. Continuidad en las políticas y permanencia fue lo que puse sobre la mesa en mi toma de posesión. Si trabajamos con sensación de interinidad, no lo haremos bien. Si tomamos las decisiones pensando en las elecciones, malo. Hay que mirar a largo plazo.
-Su perfil es muy político. Ha pasado por todos los escalones del PSC y lleva tiempo en la arena de la política nacional, en Madrid. ¿Pero qué vinculación tiene con el deporte, que es lo que pensamos todos cuando se produce un nombramiento así?
-La primera es que me gusta mucho, y eso no es menor. La segunda es que llevo tiempo en la administración del estado en puestos de responsabilidad. No es necesario ser deportista para presidir el CSD, sino saber gestionar. Soy abogado, pero no tengo por qué ser secretario de Estado de Justicia.
-Le gusta el fútbol, ¿no?
-Sí, aunque es el que más problemas me da, y muchísimo el tenis. Los he practicado de forma amateur, como la vela.
-Que LaLiga y la Federación de Fútbol remen en la misma dirección sigue siendo la gran asignatura pendiente...
-Es uno de los temas que me haría ilusión poder afrontar. Y ver cómo podríamos tener puntos de encuentro en el fútbol. Es algo más que cuatro personas peleadas. Yo hablo con todos e intento que sepan que en el frontispicio de nuestras políticas deportivas está el buscar más acuerdo y menos discrepancia. Pero esto requiere de calma y de tiempo.
-Tiempo lleva mucho…
-Quizá lo que requiera es calma.
-Participó en las negociaciones para evitar el cierre patronal del fútbol cuando la LaLiga amenazó por unos artículos de la Ley del Deporte. ¿Fue difícil encontrar un equilibrio?
-Al final, todo dependía de un tema concreto que se resolvió en una conversación telefónica con el vicepresidente de LaLiga y que permitió que tengamos una muy buena Ley del Deporte hoy, que la querían todos pero que colgaba de un hilo. Sí que costó. Para un Gobierno, que hubiese un cierre de la competición no era menor. A veces, cuando vemos el precipicio todos ponemos más de nuestra parte.
-También participó en la fallida candidatura para los Juegos de Invierno de 2030 con Aragón y Cataluña. ¿Eran para España?
-Siempre tuve la sensación de que había opciones reales. Y eso es decir mucho. El ministro, en primera persona, había tenido conversaciones a nivel internacional y siempre tuvimos esa sensación. Fue una desgracia. Se politizó en exceso.
-¿Qué es lo más urgente que había que hacer cuando tomó posesión? Las elecciones se echaban encima...
-Había temas pendientes, pero no porque el anterior secretario no estuviera en ello. En el deporte, el 30 de junio se acaba el mundo porque se cierran los ejercicios. Dos ejemplos, estaba pendiente la normativa sobre la profesionalización del balonmano y sobre la liga femenina de fútbol.
-¿Qué le gustaría hacer a Víctor Francos en el deporte si el PSOE sigue en el Gobierno?
-Uno, reforzar nuestro modelo, que nace en los niños y niñas. Segundo, en nuestros barrios el deporte es integración e iguala. La cuenta bancaria no importa. Hay que apoyar la base, a las federaciones porque funcionan. Deben tener la ayuda y los equipamientos y ahí estamos invirtiendo muchos millones de euros en modernización y eficiencia energética. No puede ser que un ayuntamiento no pueda encender la luz de un pabellón porque no la puede pagar. El tercero, el olimpismo, que nos colocó en el mundo y nos da alegrías cada cuatro años. El deporte de élite tiene su estructura alrededor de los Juegos. Y como cuarta cosa, que el fútbol se pacificase. Tengo la certeza de que la gente está cansada de la crispación y ahí pierde el fútbol. Los dirigentes pasan y el ecosistema futbolístico no se puede empobrecer. Es el deporte rey.
-Cuando habla de niños, los clubes no profesionales son los que vertebran el deporte base. ¿Y no cree que son los grandes olvidados?
-No, porque ayudamos a las federaciones para que puedan ayudar a sus clubes. En 2022 nos hemos gastado más de 100 millones de euros en ellas, una barbaridad. Sí es verdad que los clubes tienen tensiones financieras derivadas de la pandemia y les exigimos mucho a nivel de competición. Pero hemos multiplicado las ayudas. En 2017, el presupuesto del CSD pasaba por poco los 200 millones y estamos ahora en 381.
-José Manuel Franco decía que con la inversión de esta legislatura (más de 1.100 millones de euros entre 2020 y 2023) podemos estar ante una ‘segunda revolución’ del deporte español. ¿Usted también lo cree?
-Sí, si somos capaces de utilizar todo ese dinero podemos tener una generación de deportistas histórica. En París 2024 tendremos grandes resultados.
-¿Superaremos las 22 medallas de Barcelona 1992 allí como dice Alejandro Blanco, presidente del COE?
-¡Cómo estará de convencido que es la primera vez que lo predice! Los estudios del CSD van en ese sentido. Acabamos de ser segundos en el medallero de los Juegos Europeos.
-El COI quiere que allí participen rusos y bielorrusos. ¿Qué le parece?
-Siempre hemos ido de la mano del Comité Olímpico Español. No condenamos atletas por su procedencia, pero sí tenemos claro que la actuación de Rusia es condenable y no sería lógico que participaran con su himno y bandera. Compartimos la posición del COI: deportistas individuales y que no hayan estado activamente en el conflicto.
-Se le ha visto en reuniones para impulsar la candidatura del Mundial 2030 de fútbol, de atletismo en Barcelona 2029, de la Ryder 2031... ¿España debe volver a ser un foco de atracción de eventos?
-Lo vamos a intentar. El año próximo se celebra la Copa América de vela en Barcelona, el tercer o cuarto evento deportivo más visto. Y ya hemos hecho saber a los organizadores que si el ganador quiere, nos gustaría celebrar también la próxima edición porque estamos haciendo una inversión grande en el puerto de Barcelona. Y sí, nos gustaría traer el atletismo y que la Ryder se celebrara en Barcelona-Costa Brava, y esa candidatura camina bien. Y por supuesto el fútbol, con España, Portugal y Marruecos y Ucrania como sede. Las conversaciones van muy bien.
-¿Y la meta está en unos Juegos olímpicos de verano, que sería lo más mediático que quedaría?
-Nos gustaría, evidentemente. Pero esa pelota está en el tejado de otras instituciones.
-¿Cómo va el reparto de fondos europeos para el deporte? ¿Se están aprovechando?
-Sí. España es el único país de Europa que ha dedicado esos fondos al deporte. El dinero se ha trasladado a las comunidades para que lo aterricen. Por ejemplo, para ciudades que van a desestacionalizar su turismo con más de 37 millones de euros.
-Hace poco, hicieron una convocatoria de ayudas a los deportistas para este año por un valor de 19 millones de euros, explíquenos…
-Hay una serie de fondos que tienen que ver exclusivamente con los olímpicos, para reforzarlos a ellos y con eso a federaciones y deportistas. Además del renovado plan ADO, con buena salud. Y todo el programa Team España, más de 40 millones de euros en total hasta París para los deportistas de élite con posibilidades de medallas. (Este año el CSD destinará 36 millones de euros entre Team España (17), ADO que asume el CSD (12), Seguridad Social (3) y ayudas por competiciones internacionales (4)).
-También se acaba de firmar la continuidad del Plan ADO, pero lo que era un modelo de colaboración público-privada se ha convertido en que el CSD lo financia todo con el dinero de los derechos audiovisuales del fútbol. ¿Hacia dónde va ese plan?
-Estábamos preocupados. Nos faltaba la pata del sector privado. Pero tras la firma entre COE, CSD y RTVE, Jennifer Pareja, su responsable, nos ha dicho ya que hay interés de empresas.
-España ha estado en el foco por el racismo tras el episodio de Vinicius. La Policía va a poder parar un partido si se producen incidentes. Es un paso que había que dar, ¿no?
-Lo primero, el fútbol no es racista. Aunque haya racistas que vayan al fútbol, como machistas u homófobos. Esa minoría debe ser expulsada. Depende de los aficionados que les rodean, las autoridades, los clubes y del CSD. Que la Policía pueda parar un partido me parece perfecto. Pero en paralelo, he hablado personalmente con Federación, LaLiga y algunos clubes y todos están de acuerdo en que hay que atajarlo. No hay discrepancia. Faltan los mecanismos y vamos a ser la parte que ayude a encontrarlos.
-En cuanto al dopaje, ahora mismo el pasaporte biológico en España está en el limbo después de que la Audiencia Nacional exonerara a Ibai Salas. Y con ello al menos tres casos de presuntos tramposos no se pueden tramitar. Hay malestar en buena parte del deporte español. ¿Van a hacer algo?
-Me he reunido ya con el presidente de la Agencia. Y en los próximos días se convocará su consejo rector para hablar de este tema. Es complicado y técnico. Tiene que ver con una regulación internacional que te obliga a cambiar leyes orgánicas cada cierto tiempo y no es fácil. El pasaporte biológico nos preocupa y nos va a ocupar. Sabemos que debemos actualizar nuestra regulación porque si no se nos podrían escapar algunos tramposos y tendríamos un problema de prestigio. No podemos permitir una mínima sospecha.