ATLETISMO | EUROPEOS EN MÚNICH

Plata de Katir peleando de tú a tú contra Ingebrigtsen

El atleta de Mula, bronce en los Mundiales de Oregón en el 1.500, suma su segunda medalla del verano esta vez en el 5.000 y sólo superado por el vikingo africano.

Múnich
ANDREJ ISAKOVICAFP

Mohamed Katir aseguraba tras el bronce del 1.500 en los Mundiales de Oregón que en el Europeo quería otra medalla “sí o sí”. El atleta de Mula (24 años), esta vez en el 5.000 frente a 24 rivales y con otros dos españoles en la salida, Adel Mechaal y Abdessamad Oukhelfen, se veía las caras con la plata en Eugene, el vikingo africano: Jakob Ingebrigtsen. El noruego que catalogó a su verdugo en EE UU, Jake Whigtman, como “un atleta peor que le había ganado”, llegaba a Alemania con ansias de doblete.

Puesta en acción, con la curiosidad de que hubo una salida nula, y tensión por ver la estrategia que decidiría Ingebrigtsen. Calma tensa al verle en la parte trasera del grupo. Eso sí... la tranquilidad duró 400 metros cuando cogió la cabeza para cederla a su compatriota Nordas que pegaba un tirón para escaparse quince metros del grupo y avivar la marcha del paquete. Reacción por detrás y dos cortes sin verdaderos ‘outsiders’ ni favoritos. Katir aceleraba para recortar distancia y Jakob le seguía los pasos.

Todo este proceso posibilitó que la fila india fuera una serpiente multicolor sobre el tartán del Estadio OLímpico y algunas unidades empezaban a sufrir al paso del segundo kilómetro. El británico Butchart se animaba a mantener el gancho, pero hubo un enorme parón y los primeros 3.000 metros se completaron en 8:15.77 con una enorme masificación de efectivos, incluyendo a todos los que realmente tenían opciones, aún en la batalla.

La tensión crecía, los codos volaban, los espacios se convertían en pepitas de oro... hasta el punto de que el francés Hay se iba al suelo y estaba cerca de encadenar un castillo de naipes. El italiano Crippa aprovechaba la incertidumbre para avivar el ritmo de forma considerable y entrar en los últimos 1.000 metros con menos líos al haber menos aspirantes. Ese momento fue el que Ingebrigtsen eligió para tomar la cabeza... y rápidamente Katir salió en su busca.

Los últimos 400 metros se presentaban como una tremenda batalla entre ambos más el transalpino que perseguía a corta distancia. Las medallas ya eran cosa de tres. Crippa no pudo más y el mano a mano con dientes apretados entre Katir e Ingebrigtsen cayó del lado del fenómeno de 21 años nacido en Sandnes con 13:21.13. Fantástica plata para Katir, quinta medalla de España en Múnich con 13:22.98. Oukhelfen fue 12º con 13:33.63 y Mechaal, 14º con 13:35.92.

“Ha sido una carrera muy guarra, muy lenta. No entiendo por qué no han hecho una semifinal para que no pasara esto. Había muchos codazos y era imposible correr en una segunda calle. No he ido cómodo hasta la última vuelta cuando cambió Jakob”, comenzaba diciendo Katir a la Prensa española desplazada en Múnich. El rictus de la cara se relajaba al preguntarle por una nueva medalla, esta vez en el Europeo: “Nos hemos adaptado a todo, hemos luchado hasta el final pero las piernas ya no me iban más. Me ha gustado ver que era el único rival que podía dar sun usto a Ingebrigtsen. Fácil no me ha ganado porque ha tenido que apretar. Ya tengo las dos medallas, ha sido un gran verano aunque haya que tenido que sacrificar las marcas. He cumplido con el bronce mundial y la plata europea. Quiero dedicárselo a mi madre, mi padre y mi novia que ha estado ayudándome en la preparación en Sierra Nevada”. Y concluía: “Una medalla es mejor que una marca, he cambiado de opinión (ríe). Trae muchas alegrías, muchas sensaciones buenas... es mejor que una marca. No sé un récord del mundo” (risas).

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