ATLETISMO

ASISA, con 37 sueños a Marrakech: “Se les ha tratado como a Kipchoge”

Un grupo de 37 personas, a través de la aseguradora, correrán este domingo en la maratón marroquí. “Lo enfocan como el examen de su vida”, dice Martín Fiz.

Una maratón como reto vital. “Me llevo la ilusión que ponen. Que vayan a debutar en este tipo de pruebas y que lo enfoquen como el examen de su vida. Ellos son conscientes de que, si lo consiguen, luego, en el día a día, van a ser capaces de superar cualquier obstáculo. No te lo dicen así, pero se intuye por cómo te hablan”, explica Martín Fiz, fuente de inspiración para un grupo de 37 personas (empleados y clientes) que, a través de un programa impulsado por ASISA, participarán en la maratón de Marrakech, el próximo domingo 29 de enero. “Me ha sorprendido bastante. ASISA es una aseguradora de salud y, como tal, ha cuidado todos los detalles. Tienen un entrenador, Samu, que es el que ha llevado la batuta. Luego, también se ha cuidado la alimentación, la hidratación… Se ha tratado a los participantes como a auténticos Kipchoge, como a atletas de élite”, desarrolla el campeón del mundo (1995) y de Europa (1994) en conversación con AS. Este viernes, como los participantes, volará hacia territorio marroquí. Quiere estar a su lado desde la salida hasta la meta, que va mucho más allá de los 42 kilómetros.

Marrakech será la tercera parada del programa impulsado por ASISA. En 2019, la compañía preparó a un grupo de 26 personas para la maratón de Ámsterdam; en abril de este año, también aterrizó en Hamburgo. “Para ASISA, que es una aseguradora de salud, pero que tiene detrás una cooperativa de médicos, Lavinia, es importante ayudar al deporte y a la cultura. Cuando terminemos Marrakech, vamos a pensar en más. Nos gusta prepararnos con tiempo. Entre maratón y maratón, todas estas experiencias las vamos transmitiendo en nuestro intranet para que los empleados y clientes vean que, con esfuerzo, se pueden conseguir buenos objetivos. Mantenemos viva la llama para que la gente siga haciendo ejercicio”, explica el delegado de ASISA en Madrid, Luis Mayero, a este periódico. “Desde las entidades sanitarias, hay que procurar hacer educación de la salud, que es muy importante. Hay que trabajar sobre la prevención y explicar cómo mantener una vida sana. La sociedad cada vez se quiere sentir más joven y, para eso, hay que cuidarse más”, añade.

En el centro de la imagen, Martín Fiz, involucrado en el proyecto de ASISA.

Un gran reto con una gran preparación detrás. Un examen cardiológico y de pisada, asesoramiento sobre nutrición o descanso, etc. “Siempre se debe hacer ese estudio antes de correr. En nuestro caso, como aseguradora de salud, lo que nos interesa es que nuestra gente vaya con las mayores garantías. Es algo que ha sido prioritario desde el primer minuto. No hemos tenido sustos y no sólo eso, sino que hemos obtenido muy buenos resultados. Se vuelven competitivos y eso es bueno. En la vida, dentro de un orden, todo es positivo”, explica Mayero. Fiz, recuperado de una rotura en el sóleo que le tuvo ocho semanas parado (en 2018, se convirtió en el primer atleta del mundo en ganar los seis majors en categoría de veteranos), coincide con Luis. “Me gustaría destacar que hay muchos participantes que son ejecutivos de empresas grandes, que en ese mundo son top, pero en zapatillas y en pantalón corto todo se iguala”, apuntilla, poniendo en valor las sinergias de grupo que las metas deportivas generan dentro de las compañías.

Entrenar junto a un campeón del mundo no es un entrenamiento cualquiera. No te hace sentir como tal, pero casi. “Estos días, han convivido con un oro mundial. Eso da confianza para afrontar el día. Desde el viernes, vamos a estar unos cuantos allí y les vamos a transmitir confianza y serenidad, porque están preparados para hacerlo. No se les exige bajar de las dos horas, pero sí estar a la altura de lo que han entrenado”, desgrana Martín, cuyo teléfono ha sacado humo estos últimos días. “Esta semana, algunos tienen miedo escénico y te bombardean a preguntas, pero eso es chulo”, asegura. Durante las sesiones de estos meses, ha repasado su carrera zancada a zancada, preguntado por aficionados convertidos en pupilos que, en su día, vibraron con sus hazañas, casi utópicas. “Lo que más me preguntan es cómo era capaz de competir con los atletas africanos. Cómo eran esos ritmos tan fuertes, cómo hay que gestionar esos últimos kilómetros, cuando ya se va jodido y tienes una persona pegada, para que no te castigue mentalmente”, explica. ¿La respuesta? “Disfrutar sufriendo”.

Mucho frío y una inspiración

En Marrakech, una de las maratones más rápidas del mundo, con una participación de más de 11.000 corredores, se esperan temperaturas más bajas de lo habitual. La ola de frío actual en España, por ello, es casi una bendición. Ha llegado en el momento justo. “A las 7:30, cuando es la maratón, y a las 8:00, cuando arranca la media, vamos a empezar con dos grados, frío para la ciudad que es. Habrá mucha luz y mucho sol, pero fresco. Están preocupados, pero no se dan cuenta de que ahora estamos viviendo una ola de frío en España. Van a llegar superadaptados para competir en bajas temperaturas. Cremas que te calienten, manguitos, una prenda para antes, la alimentación… van a llegar listos tácticamente”, analiza Fiz, con total confianza en las posibilidades del grupo. “Esta semana les estoy diciendo que descansen, que el entrenamiento está hecho y que no quieran entrenar más para probarse, que el día de la prueba va a ser el domingo”, avisa. Alea iacta est.

“Esta semana les estoy diciendo que descansen. El día de la prueba es el domingo, no antes”

Martín Fiz, campeón del mundo de maratón

Alrededor de las murallas de la ciudad, a través de los Jardines de Menara y de calles bordeadas por palmeras, naranjos y olivos, también luchando contra el frío, emergerá Alberto Suárez, oro en maratón en los Juegos Paralímpicos de Londres (2012) y plata en los de Río (2016). Tras superar una lesión en el bíceps femoral que le impidió competir en Valencia, correrá como si fuera uno más, sin exigirse más de la cuenta y, en caso de ser necesario, ejerciendo de liebre. “Voy a viajar y me lo tomaré con un entrenamiento. Si alguien me dice que le ayude para mantener un ritmo, lo haré. Hablaré con la gente al llegar y les ayudaré si es necesario”, adelanta. Durante estos meses, sus entrenamientos, recogidos por Strava, han sido muy comentados dentro del grupo (”’¡qué bestialidad’, me decían”). “Se trata de aportar mi experiencia como maratoniano y como ateta paralímpico, para que todas estas personas con otras profesiones, cuyo objetivo es terminar la prueba, vean que alguien con discapacidad (visual) es capaz de entrenar todos los días y competir al máximo nivel”, reflexiona. Una inspiración, una maratón para toda la vida.

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