Del ring a las aulas
Tres boxeadores de la Selección se benefician de las ayudas del programa PROAD. El plan del CSD es ayudar a compaginar estudios y deporte.
"El deporte no dura para siempre. Es una etapa más y todo lo que aprendamos en este tiempo es algo bueno para el futuro”. Así de tajante se muestra Miguel Cuadrado al hablar de sus estudios. Es el actual dueño de la categoría de 75 kilos en la Selección de boxeo y cursa una ingeniería mecánica. “Lo hago a distancia por los horarios de los entrenamientos y la complejidad de la carrera”, explica. Él rompe uno de los mayores estigmas que existen en este deporte. Hay púgiles con estudios y no es el único en el combinado nacional.
El PROAD (Programa de Atención al Deportista de Alto Nivel que gestiona el CSD) al que hace referencia Fuertes, nació en 2008 con la idea de ayudar a los deportistas a compaginar sus carreras deportivas y profesionales, poniendo así en contacto a los interesados con diferentes universidades y empresas. Esta iniciativa ayuda en la actualidad a 3.885 deportistas a los que presta su ayuda. “Yo fui una de ellas y sé que ese seguimiento es importante. Desde que soy presidenta del CSD es una materia que estoy potenciando desde diferentes ángulos. Un deportista tiene herramientas esenciales para las empresas: constancia, esfuerzo, trabajar por objetivos, eficacia y eficiencia, valores que inspiran a una sociedad a buscar soluciones ante los problemas y que te hacen crecerte ante las adversidades”, apunta María José Rienda.
La implicación del Gobierno en esta materia es amplia, por ello, a finales de octubre firmaron un protocolo con el CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) para impulsar, más aún, la carrera dual en busca de mejorar el rendimiento académico y deportivo. “En mi caso saqué mis estudios con 41 años, por ello a la gente del equipo les expongo mi caso para no desaprovechen esta oportunidad”, concluye Rafa Lozano, seleccionador y doble medallista olímpico.