SALTOS

Caballos a cuerpo de rey para el concurso de saltos de Madrid

Este martes llegarán los caballos al Club de Campo de Madrid, donde se cumplen, estrictamente, el reglamento de la Federación Internacional Ecuestre.

JUAN AGUADODIARIO AS

Este martes comenzaron a llegar al Club de Campo de Madrid los caballos que participarán en el Concurso Internacional de Saltos del fin de semana. Alexandra Gómez Albella es la veterinaria encargada de las alojar a más de dos centenares de equipos en las cuadras móviles en la que estarán alojados hasta el lunes, y velando porque se cumpla el reglamento de la Federación Internacional: espacios con un mínimo de nueve metros cuadrados “y siempre velando por mantener con cuerta separación a los sementales de las yeguas; los castrados no dan problemas, pero con alguno caballos enterios hay que tener problemas porque pueden romper de patadas las paredes del establo”.

Con la inscripción, los caballos de los concursos cinco estrellas (con obstáculos de 1,60 metros en su recorrido) ya se encuentran en la cuadra con sus balas heno y las virutas para las camas, si bien todos los jinetes completan la comida de sus equinos e incluso con más viruta para que se sienta más cómodos si se tumban.

La realidad es que con las nuevas normas de la Federación Internacional Ecuestre estos caballos de élite viven como reyes, y sin bien es cierto que en ocasiones acusan el estrés del desplazamiento, a la prueba de Madrid todos van a llegar por carretera dado que el calendario internacional actualmente está en Europa. Con camiones especiales adaptados para seis caballos, con circuito cerrado para que los mozos vean cómo van los caballos, con distancias máximas diarias de ocho horas de camión, y con paradas obligatorias cada cuatro horas, la mayoría de los participantes están estabulados en clubes de Alemania, Bélgica o Francia, para hacer más cómodos y cortos los desplazamientos,

“Lo que se trata de de evitar al máximo el sufrimiento animal”, asegura Alexandra, que para esta prueba ya adelanta que hay previsto “control antidóping para los caballos al ser un torneo cinco estrellas”. Los cuidados son máximos, porque a fin de cuentas un caballo de este nivel es un tesoro andante, y además está en juego la imagen de la hípica. Por eso, si un caballo sangra, bien por una herida o por el roce de la espuela, si es en el calentamiento ya no sale a competir; y si es en la competición queda eliminado. Y más aún, si el jinete o la amazona le marca con la fusta, también queda descalificado.

También se cuida al máximo los detalles de limpieza del caballo, del calentamiento previo a la competición, y de no provocarle sobreesfuerzos: se impide que un caballo pueda participar en más de una prueba diaria. Y sí, es una raza especial a raíz de cruce genealógicos con el pura sangre inglés y con el centroeuropeo, porque a fin de cuentas se busca un equipo veloz y fuerte. El tiempo es fundamental a la hora de terminar un buen recorrido sin fallos.

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