La rosaleda de Queiroz

El pasado día 6, Carlos Queiroz nos dejó una de sus ya famosas perlas que poseía un carácter premonitorio: "El fútbol es como una rosaleda donde están las rosas más hermosas, pero nadie puede coger una sin pincharse". No hace falta que les recuerde cómo se llama el estadio del Málaga. Y en realidad, lo que hizo el bueno de Queiroz fue anticipar la crónica de un partido que finalizó con resultado esperado (triunfo galáctico), pero con una travesía llena de espinas y dificultades. El Madrid es consciente, como las mujeres de una belleza exuberante, que puede conseguir lo que quiera. Pero es necesario utilizar una estrategia adecuada para seducir a la presa y no llevarte unas calabazas inesperadas. Un objetivo fácil de conseguir si entre tus armas de conquista posees a tipos como Ronaldo y Beckham.

El brasileño cumplió la promesa desvelada en AS y firmó el primer golpe al mentón del Málaga con una acción de pillo y de justiciero del área. Cumpleaños feliz. Pero necesito detenerme en el 0-2. Me desperté ayer con el presentimiento, y tengo testigos, de que Beckham marcaría su primer gol oficial de falta. ¿Saben el porqué? Si el rey David viene a Madrid con el falso sambenito de que sólo sabía hacer daño a balón parado y resulta que en un mes ha enamorado a sus mayores detractores, estaba claro que era el día perfecto para satisfacer esa molécula insignificante de los que ven el fútbol con cristales de vidrio. Becks minimizó la espina de la rosaleda de Queiroz: el golazo de Edgar, otro ex madridista. Una estética anécdota. Además, Florentino y Valdano se habían dado horas antes un baño de masas con ese equipazo que tenemos en la Copa Davis. Moyá, tú también eres galáctico. ¡Qué domingo mágico!

Lo más visto

Más noticias