Abramovich viene ahora a por Salgado

E

l dinero siempre acompaña a los caprichos. Si uno lo tiene, basta con un chasquido de dedos y la firma de un talón para conseguirlo. Igual da el nombre o el producto... Roman Abramovich ha irrumpido en el fútbol respetando al máximo esa filosofía tan feudal: si quiero algo, lo compro. Así, en un par de meses, ha construido el Chelsea, su Chelsea. Se empeñó en Verón, en Makelele... así hasta un total de 11 contrataciones más la del superejecutivo ex del Manchester Peter Kenyon. En total 158 millones de euros de inversión. Ahora su sueño-capricho es gallego. Se llama Míchel Salgado y juega en el Real Madrid.

AS les puede asegurar que el primer contacto entre el Chelsea y el agente del jugador, Ginés Carvajal, ya se ha producido. Con el Madrid nadie ha hablado oficialmente. Abramovich pone mucho dinero sobre la mesa. Mucho más de lo que gana ahora Salgado (algo más de 1’4 millones de euros limpios de polvo y paja). Míchel se quiere quedar, pero... Las cosas han cambiado.

Hace un año, la renovación de Salgado (finaliza contrato en 2004) le hubiera costado al Madrid menos que ahora. Con el lateral viviendo su mejor momento deportivo, las ofertas se agolpan a su puerta. Milán, Manchester United, Arsenal y esta última del Chelsea elevarán el precio de mercado de Salgado. Florentino ya dijo el jueves en AS que "tenía la esperanza de que su renovación se resolviera en seguida". Es más, está previsto que la próxima semana se produzca un primer acercamiento entre las partes que hasta ahora se había dilatado. El Madrid sabe lo que hay si no quiere que se produzca otro caso Makelele: tendrá que hacer un esfuerzo económico importante. Y eso es algo que hasta ahora Florentino no ha admitido si no era un galáctico el que estaba por medio.

Con todo, el jugador sigue insistiendo en sus apariciones en público que "quiere retirarse en el Madrid"... Sólo un dato. Salgado sabe que, juegue donde juegue la próxima temporada, será su último gran contrato en el fútbol. A sus 28 años ha llegado el momento. Y ya se sabe. Un capricho es un capricho. Y más si lo tiene Abramovich. Cuidado.

Ferguson contactó con los representantes de Salgado a finales de la pasada temporada. El técnico del United considera el fichaje de Míchel prioritario.

El interés del club italiano viene de largo. Desde hace varias temporadas, Salgado tiene un gran cartel en Italia y el Milán ya ha realizado una oferta.

Wenger ha pedido sondear su fichaje, pero el Arsenal no atraviesa su mejor momento económico ya que se encuentra construyendo un nuevo estadio.

Convendría no menospreciar a un tipo que con sólo 26 años empezó a amasar una de las mayores fortunas del planeta gracias al contrabando de gasoil a Letonia... Roman Abramovich, huérfano de padre y de madre casi desde que vino al mundo en 1967 (eso remarcó su condición de hombre hecho a sí mismo), ha aprendido a matrimoniar las palabras ‘objetivo’ y ‘conseguido’. No hay que olvidar que se hizo fuerte en Rusia, un país donde sólo 17 personas se reparten 35.000 millones de euros (Abramovich tiene 5.700), mientras que 37 millones de individuos viven con 60 míseros euros de sueldo mensual.

El ruso de moda tuvo un día un sueño, como Martin Luther King, y decidió comprarse un club de fútbol. Eligió el Chelsea, ubicado en el barrio más señorial de Londres. Acabó con la deuda a lo bestia (depositó al contado 200 millones de euros), se compró un equipo entero y aspira a dinamitar el eje Madrid-Manchester. Ahora quiere a Salgado. Ojo con él. No va de farol...