Hoeness, un bocazas

Empieza a crisparme que las viejas glorias del Bayern Múnich (que se han ‘colocado’ todos sospechosamente en las oficinas del club bávaro con unos sueldos muy generosos para su discutible talento) se dediquen cada dos meses a menospreciar y mancillar cualquier paso que da el Real Madrid. Pensaba yo que con Oliver Kahn estaba focalizado todo el antimadridismo recalcitrante del campeón alemán. Pues no. Uli Hoeness, aquel grandullón que hace dos décadas abandonó junto a sus compañeros el terreno de juego de forma bochornosa en un partido del Trofeo Bernabéu, sale a la palestra para decir que el fichaje de Beckham "es una farsa" y que "se parte de risa".

Calladito estaría más guapo, aunque en su caso ese es un supuesto utópico. El problema es que el Bayern lleva cinco años amargado por la consolidación del Madrid como el gran referente del fútbol europeo y mundial. Su rígida mentalidad teutona les hace creer que ellos volverán a repetir lo de la final de Milán ante el Valencia, pero la llegada de Zidane, Ronaldo o Beckham les martiriza hasta el extremo de caer en ese complejo patológico propio de los débiles. El Madrid respeta al Bayern. El Bayern no lo hace con el Madrid. Peor para ellos. Dice Hoeness que el Madrid echó a Del Bosque "porque no tenía la simpatía de los medios". Encima, desinformado. Se necesita ser cretino.

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