Del Bosque cayó tras los postres

La destitución de Del Bosque se consumó entre percebes, cogotes de merluza y tejas garrapiñadas. La junta directiva, que se mantuvo reunida durante casi seis horas en El Señorío de Alcocer, mantuvo un debate vivo, apasionado por momentos, y muy activo que sirvió para modificar una decisión que inicialmente se acercaba más a la renovación contractual del técnico. De hecho, Florentino se acercó a Jorge Valdano antes de empezar la junta gastronómica y le confesó: "Creo que vamos a renovar a Del Bosque".

El comentario no era gratuito. En la noche de cuchillos largos del Mesón Txistu, el presidente sondeó verbalmente a los 16 miembros de su junta y apreció que un buen número consideraba que Del Bosque era el entrenador adecuado para el próximo proyecto. Pero nada más empezar el ágape todo cambió. Los defensores de Vicente esgrimieron un argumento muy pobre: "Es que no tenemos otra alternativa y más vale éste, que además cae bien a la prensa y gana títulos".

Pronto la conversación fue subiendo de tono cuando varios directivos expusieron lo que podríamos llamar los pecados capitales de Del Bosque. "Los jugadores tienen manga ancha con él y les permite todo"; "No puede ser que les dé permiso para que hagan viajes de un día al extranjero en plena competición"; "Que no se concentren antes de los partidos importantes es una barbaridad"; "La cantera no pinta nada en favor de los Macca, Solari, Celades y compañía". Esas fueron algunos de los reproches que inclinaron la balanza hacia la tendencia de la no renovación. ¿Saben algo? Valdano ponderó bastante el trabajo hecho por Del Bosque. Pero no fue suficiente...