Bernabéu 5 Estrellas

El Bernabéu cerró pronto el debate. La úlcera provocada en el madridismo por la indigestión de Turín se curó sin necesidad de recurrir a la cirugía futbolística. Bastó que el actual campeón de Europa (no perderá esa condición hasta el día 28) saltase a la pradera del santuario de La Castellana para que los virus europeos se ahogasen entre el clamor del pueblo, que dio una exhibición de sabiduría. La afición se puso la túnica de emperador romano y puso el pulgar hacia arriba. Lógico. Supo hacer una doble lectura. Primero, la Champions es un cadáver y la Liga está vivita y coleando. Segundo, demonizar ahora a Hierro o a Del Bosque sólo hubiera servido para dar alas al Málaga y facilitar el trabajo de esa Real autodidacta de Denoueix. La afición del Madrid sí que fue galáctica porque supo decirles a los jugadores con su aliento: "Vuestros pecados están perdonados. En los últimos seis años no ha existido otro equipo en Europa que acumulase más prestigio. Estáis indultados".

La sabia reacción de la grada fue descodificada por el Madrid con una lucidez digna de la última entrega de Matrix. El gol fabricado por Zidane, Figo y Morientes fue un homenaje a los diseños de arquitectura; el segundo de Raúl fue una colleja cariñosa a Guti (¡chaval, primero métela y luego miras al linier); el tercero fue una bomba reivindicativa de Roberto Cracklos; el cuarto un acto de pillaje de Raúl para habilitar a ese Moro que eché de menos en Delle Alpi...y el quinto fue Raúl en estado puro. Gol currado y poco glamouroso. Pero gol, amigos. Por eso, el Madrid no sólo ganó ayer tres puntos. Presentó su candidatura al título y mantendrá un ‘duelo real’ con el Donosti team. Nos espera un mes excitante. El Bernabéu fue clave. Gracias, afición.

Lo más visto

Más noticias