Liga de Campeones | Juventus 3 - Real Madrid 1

Infierno Delle Alpi

Los 63.801 bianconeros no consiguieron acallar a los 3.500 españoles

Eran 63.801 gargantas bianconeras contra 3.500 del Real Madrid. En el sector merengue había sobre todo banderas de España. Gritaron desde dos horas antes del partido como si fuesen turcos o griegos. Desde por la mañana ya habían tomado las calles de Turín y casi un millar de ultras habían acudido al hotel Concorde para jalear a Del Piero, Nedved y compañía, que les miraban alucinados desde los ventanales. Las dos curvas de Delle Alpi temblaron ante la locura de una masa que convirtió el habitualmente frío estadio juventino en una hoguera de pasión, en un infierno que intimidó a los jugadores del Madrid nada más pisar el césped. Los más de tres millares de héroes de bufanda blanca tardaron poco en recibir el primer recado procedente de los fondos: "Real, Real, vaffan culo" (no necesita traducción). Otra pancarta era toda una declaración de intenciones "Bienvenidos, cavrones" (sic).

Esto no era Old Trafford. Ni había fair play por ninguna parte ni indicios de convivencia pacífica entre ambas aficiones. Gestos provocadores, peinetas y muchas miradas perdonavidas. Puro estilo piamontés... La batalla de la grada estaba perdida de antemano (aunque unos hinchas blancos llegaron desde Roma y animaron lo suyo) y más si analizamos que para los tifosi era una noche especial. Ayer llenaron las 67.000 localidades (la recaudación ascendió a 3.100.000 euros) como último homenaje a un estadio que le ha venido grande a un club que paradójicamente es el más popular de Italia. Por cierto, los tifosi se volvieron varias veces hacia el palco de prensa ocupado por los periodistas españoles y con inconfundible gesto de emperador romano (pulgar hacia abajo), nos dijeron continuamente: "Catenacio, Catenacio". ¿A qué demonios se referirían con esa acusación?

Comienzan las obras hoy

El de ayer fue un encuentro histórico para la Juve. Delle Alpi, a partir de hoy, sufre un espectacular cambio de diseño que reducirá casi a la mitad su actual capacidad, pasando de las 67.000 butacas a sólo 35.000. Además, quitarán la pista de atletismo para que el público esté más encima de los jugadores y los fondos serán cuadrados y no curvos para que los futbolistas sientan más cerca el aliento de sus hinchas.

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