Old Trafford a sus pies

Tiene su coña el asunto, pero queda claro que desde ahora el día de Sant Jordi pasa a ser el día de San Ronaldo. Muchos consideraban que Florentino Pérez le había fichado exclusivamente para vender camisetas. Ignorantes. Ronie sólo necesitaba estar en el templo sagrado del fútbol mundial, el Real Madrid, para volver a ser, sencillamente, el mejor delantero centro del planeta Tierra. Este brasileño de sonrisa Profidén y carácter arrebatador ha recuperado la fe en el fútbol y la alegría por la vida en este club que se ha convertido en un santuario donde todos los cracks desean acudir algún día para poder decirles orgullosos a sus hijos: "Niño, ¿sabes que yo fui un día jugador del mítico Real Madrid?".

Ronaldo sodomizó el mito de Old Trafford con una actuación imperial, asombrosa, firmando un hat-trick que quedará para los anales de este estadio legendario que terminará dedicando una de sus tribunas a ese equipo de ensueño que cada tres años aparece por aquí con un afán didáctico por enseñarles a los críos de Inglaterra como se juega al fútbol. Raúl, como todos sabíamos, supo transmitir desde Madrid ese espíritu que héroes de piel blanca como Iker (¡cómo para esta criatura!), Salgado, Hierro, Helguera, Roberto, Figo, Makelele, Zizou, Guti y Macca exhibieron para engrandecer el sentido de nuestra existencia y el de la Champions. Cuando Old Trafford se rindió al Dios brasileño poniéndose en pie casi rompo a llorar. ¡Qué bella lección de fair play! El Manchester y su gente son muy grandes. Sólo alguien les supera. El Madrid de O Rei Ronaldo. Y ahora, sólo falta que Zidane le recuerde a la Juventus para qué vino al Real Madrid.

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