Liga de Campeones | Lokomotiv-Real Madrid

El Real Madrid siempre jugó los cuartos

Desde que empezó la Champions en 1992-93 no ha faltado a esta ronda

Jesús Aguilera

Hace ahora tres años, el Madrid acudía a una Noruega helada por el frío y la nieve para jugarse el todo o nada ante un equipo de vikingos voluntariosos (estos eran de verdad, sin apodos), entre los que destacaba un delantero negro de más de 1,90 metros: John Alieu Carew. Aquel Madrid, dirigido ya por Del Bosque tras haber destituido Lorenzo Sanz a Toshack, necesitaba ganar al Rosenborg porque el Dinamo de Kiev le pisaba los talones y el Bayern Múnich ya tenía segura la primera plaza del grupo.

Raúl sacó la casta de los grandes días y con un gol de su escuela (desmarque y tiro raso ajustado al palo) dio oxígeno y vida al Madrid, que terminó ese año ganando la Octava en París.

Ese triunfo agónico metió el Madrid en cuartos de final, fase de la Champions que los blancos siempre han alcanzado desde que la Copa de Europa iniciase este nuevo formato en la temporada 1992-93. Desde entonces, el Madrid ha participado en seis ediciones de la Champions y siempre llegó a cuartos de final.

En la temporada 1995-96, con Valdano en el banquillo, se midió a la Juventus y quedó fuera de las semifinales al perder en Turín por 2-0 después de haber ganado en el Bernabéu (1-0).

En la temporada 1997-98 (en el ejercicio anterior, con Capello en el banquillo, el Madrid no jugó en Europa) el Madrid finalizó campeón ganando la mitificada Séptima. En la Copa de Europa 1998-99 el Dinamo de Kiev eliminó a los blancos en cuartos de final por culpa de Shevchenko.

Lo que pasó en 1999-00 ya está relatado. Un año después, el Bayern le eliminó en semifinales y la temporada pasada llegó la Novena. Por eso, los cuartos es una frontera más que superada.

Moscú, territorio ‘comanche’

Si los números y las estadísticas ayudan al Madrid en cuanto a su objetivo de meterse en cuartos de final, la otra cara de la moneda le llega al hablar de Moscú. En la capital de Rusia han jugado los blancos en siete ocasiones (cinco en la Copa de Europa y dos en la UEFA). El balance es desolador: sólo tres empates, cuatro derrotas y ningún triunfo conseguido. A la octava espera el Madrid romper el mal fario con una ciudad donde el frío siempre congeló su inmenso talento.

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