Real Madrid-Atlético | Polémica actuación de Daudén

Un puntito que nos hará campeones

Se acabó la farsa. Con el árbitro en contra y en pleno descuento. Manolete, como en Galicia. ‘Nunca mais’.

Lo fácil sería copiar vuestro discurso de toda la semana: "Los árbitros siempre roban a favor del Madrid"; "El Madrid es el equipo del Gobierno...". Pues no, Manolete. A pesar de que Daudén Ibáñez haya demostrado ser un acérrimo lector de AS y un ferviente admirador tuyo (su patética actuación pareció dirigida para satisfacer tu fariseo victimismo rojiblanco), creo que el Madrid perdió dos puntos por una simple cuestión de puntería.

Mi admirado Raúl estuvo ciego ante el gol, algo inhabitual en un tipo de semejante calidad. Sus tres erratas ante las redes del Mono Burgos os abrieron las puertas de ese empate ficticio y miserable. Comprendo que festejéis el empatito porque vuestras cortas miras competitivas os convierten en el prototipo de perdedores vocacionales. Os regalan un penalti y un hombre más en apenas 12 minutos y, en lugar de machacar a un rival saqueado y violado de forma impune, os arrugáis, aceptáis vuestro papel de hermano pobre de la ciudad y os atrincheráis en torno a ese argentino de origen Apache al que le debéis la vida.

Manolete, el madridista está orgulloso de su equipo. No fue galáctico. Fue ejemplar y heroico. Fue el testosterona team hasta que Albertini y el destino os dieron un punto inmerecido. ¿Sabes que te digo? Gracias, majete. Ese punto nace del orgullo, con todo en contra. Como dijo el gran Valdano: "Un derby que nació de nalgas". Pero es el punto de oro. El que nos hará campeones...

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