La Policía toma el derby

Estado policial. Tres años sin derby y 1.176 días de abstinencia dan para mucho. Al menos, para que las dos facciones más radicales de Real Madrid y Atlético se tengan ganas y aventuren un domingo caliente si ven que tienen la oportunidad de resolver en las calles sus cuitas ideológicas y futbolísticas antes del gran duelo (20.30 horas, Canal Plus). Ayer se reunieron los responsables de seguridad de ambos equipos (Julio Cendal, por parte blanca, y José Camarero, por la rojiblanca) y mantuvieron una cita con la Delegación de Gobierno ante el grado creciente de preocupación por las noticias que les han llegado a los policías infiltrados entre los grupos ultras. Quieren lío y lo van a buscar.

"Se quieren dar caña, dicen que llevan tres años esperando este momento y que si se encuentran van a intentar ajustar cuentas", comentó a AS uno de esos policías que ha tenido la posibilidad de convivir con los líderes ultras de Madrid y Atlético en los últimos días.

Desde ayer se está peinando toda la zona de los aledaños del Bernabéu, desde las papeleras a las alcantarillas con tal de evitar que nadie pueda preparar una sorpresa desagradable. El domingo se escoltará a los radicales del Frente Atlético desde la Plaza de Castilla y se reforzará la seguridad privada del Bernabéu para evitar encuentros violentos dentro del estadio.

Lo fácil sería mirar para otro lado, pero los responsables de seguridad han ‘olido’ ese ambiente prebélico que barrunta tarde de cuchillos largos. Por eso, el dispositivo superará todos los récords de efectivos registrados en la historia de nuestro fútbol por encima de los Madrid-Barça, el clásico por antonomasia. También se controlará la entrada de los borrachos y de los que lleven pancartas de mal gusto que puedan incitar a la violencia. Se trata de jugar al fútbol. Sin más.