‘Kid gol’ Portillo

En Inglaterra llevan tiempo hechizados con la magia blanca del Real Madrid. Son conscientes de que su reinado en la Champions del último quinquenio (tres títulos) ha opacado a ese Manchester de Beckham y Van Nistelrooy que se arruga como una colilla cada vez que le hablan de ese equipo dirigido por Sir Vicent of the Forest (o sea, Del Bosque). La última perla del Bernabéu que les tiene en guardia lleva el pelo de pincho, tiene una apariencia liviana (es tan delgado como Raúl en sus inicios) y posee un currículum que asusta. Ha marcado casi 800 goles en su meteórica carrera (entre oficiales y amistosos) y cada vez que juega en el Madrid B, el de la Copa del Rey, mete fijo.

Este Kid Gol (niño del gol) se merece toda la confianza del club y de la afición. Es un valor seguro y su ambición ilimitada me recuerda a la de un tal González Blanco... Portillo se cabrea cuando no juega, se muerde las uñas si chupa banquillo y se abraza como un niño (lo que es) cuando Zidane le da una asistencia magistral en la jugada del año. Le tachan de ser demasiado ansioso y egoísta, pero yo le entiendo. En una jungla en la que debe salir de caza compitiendo con Ronaldo, Guti, Raúl, Moro y Tote es necesario llevar el arco tensado y las flechas afiladas. Con Portillo, el Madrid se ahorrará una millonada. Es el mejor goleador que existe por detrás de Ronie. Cuando le den minutos, nos llenará las portadas. Thank you.