Ronaldo, empalma... dos

Parece como si Ronaldo se hubiese bañado en un estanque de agua bendita para sanar su gripe y sus aparentes apagones ante el gol. El brasileño ha completado su semana grande a lo ídem, dibujando los primeros trazos de la apabullante goleada del Campeón del Mundo en Son Moix. Ronaldo sacó el libreto y nos rescató de la memoria imágenes afrodisiacas para los auténticos catadores del fútbol de etiqueta. La maniobra magistral de su segundo gol, bicicleta de doble giro ante Marcos con zurdazo inapelable, me recordó al Ronaldo estruendoso e imperial del Barcelona de Robson. Los agoreros decían que ese Ronaldo nunca volvería, pero lo cierto es que en Palma se paseó el Balón de Oro, reenganchado a la senda del espectáculo y la diversión gracias a su solvente sociedad con Raúl González. El capitán acabó con sus dos meses de sequía con otro doblete que puso a Franco en su sitio. Abatido y venido a menos.

Con la resurrección de Ronaldo, el Madrid cierra el debate sobre su sequía goleadora, presenta su candidatura al título y ratifica que la Liga se ha convertido en el gran objetivo del post-centenario. Ronie, me descubro ante ti. Tus botas de plata son de oro, como tu sonrisa, la misma que le has contagiado a tu amigo-compatriota Flavio, que demostró estar recuperado para la causa y que nos hizo olvidar sin traumas al intermitente Cambiasso. Y la postdata se la dedico a Casillas, es el big boy que se ha ganado con creces su candidatura al Balón de Oro y que ya es, sin duda, el mejor portero de este planeta.

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