Una deuda saldada

Hace un año mis innumerables y sinceros amigos del basket me reprochaban en voz alta: "Sí, sí, unos tomos muy bonitos, pero ni una línea de la sección de baloncesto". Yo miraba para otro lado y aguantaba el chaparrón con evasivas, hasta que Pedro Ferrándiz salió una vez más al rescate y, como no se corta un pelo, en el Círculo de Bellas Artes le tiró de las orejas a Relaño.

Alfredo guardó en secreto lo que él sabía que sería la guinda perfecta para esta colección que para siempre reposará en la librería del salón. La gente del basket agradecerá este detalle, porque la obra está trabajada con verdadero rigor por un autor de lujo, de excepcional categoría como es Pedro Ferrándiz. Nos descubrimos ante nuestro excelentísimo colaborador, que se merece la distinción más que nadie. Quede dicho.

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