Luto riguroso

Busco en el diccionario las diferentes acepciones de la palabra motivación. Me quedo con estas dos: a) "Razón que confiere sentido a nuestra conducta" y b) "Necesidad del individuo por motivos físicos y psíquicos". El Madrid naufragó en El Sardinero por una cuestión tan simple como ésta. Motivación nula, conducta inadecuada, despliegue físico muy limitado, velocidad de tortuga, sentido colectivo del juego defensivo inexistente y olfato de gol extraviado en los hogares de Figo y Raúl, dos gladiadores cuyo espíritu irreductible echó de menos el Blackteam, que vistió de luto riguroso, como su fútbol.

El Madrid debe someterse a una sesión de terapia colectiva con urgencia. Alguien debe hablarles, mirarles fijamente a los ojos y decirles: "Si ganáis un partido de Liga fuera del Bernabéu todos vuestros pecados serán perdonados". El asunto empieza a ser cargante. El Racing disfrutó del fútbol, demostró que en la vida se puede lograr todo si estás ilusionado y aplastó a este Madrid de las estrellas que anoche fue un Madrid estrellado. Ronaldo fue como el Llanero Solitario y nadie le dio bola, Guti fue una sombra borrosa, Zidane no existió, y Cambiasso no parece ni una mala fotocopia del tipo que nos deslumbró hace un mes. Y Macca... bueno, mejor dejarlo.

Para rematar la noche de autos, Munitis firmó el partido de su vida y el chaval machacó a la empresa que le paga casi toda la nómina. Me alegro por él. Palos con gusto no duelen. Antes de caer en un estado de frustración plena me vengo arriba gracias al zapping. Miro el Canal Plus y me encuentro a mi querido Imbroda y a mis chicos del basket tomando Vitoria a lo grande. Algo es algo.

Lo más visto

Más noticias