A por el triplete

El Príncipe. Si el Real Madrid fuese hombre la Princesísima Estefanía de Mónaco lo habría incluido en su generosa y extensa lista de amoríos. El Madrid hizo en Mónaco un fútbol más bonito que un San Luis (refrán que dio nombre a este estadio), y hasta despertó de su letargo al Príncipe Rainiero, al que en el descanso tuvieron que despabilar con un educado codazo porque se había quedado traspuesto. Lógico. Debió estar demasiado pendiente de ese Feyenoord que llegó con la vitola de ser el primer campeón de la Copa de Europa holandés (1970), pero que recibió un bañito que le recordarán sus enemigos del Ajax durante mucho tiempo. El Madrid, que cumple 100 años conquistando trofeos, rindió homenaje con su juego a la elegantísima Grace Kelly, Gracia Patricia de Mónaco, de cuya muerte se cumplirán 20 años el próximo día 14. In memoriam.

Maldición. Los que hablaban de la maldición del campeón de Europa debían estar pensando todavía en lo duro que se hace asumir que el verano ha caducado. El Madrid es un equipo de retos y con un afán coleccionista admirable. Le faltaba la Supercopa de Europa y ahí la tiene. La ganó con suficiencia, calidad y lujo. Los 3.000 fieles que llegaron hasta el corazón del Imperio Grimaldi acabaron jaleando con ‘olés’ la exhibición del rey de reyes. A los que todavía creen que este megaequipo tiene una condición miserable sólo cabe preguntarles: ¿Puede recordar alguien algún trofeo que le falte el Madrid? Hasta la Recopa, que nunca ganó, fue retirada de la escena por irrespetuosa con el Más Grande. Bueno, sí queda algo por lo que soñar. El Gamper. Guasch tiene razón. Gaspart no se atreve a invitar al Madrid de su amigo Florentino porque entre Zizou, Figo y... ¿Ronaldo? le podrían indigestar la existencia.

El ‘Cambiasso’. El Madrid ha mejorado su perfil con la llegada de Cambiasso, que ha obrado el ídem en un equipo que ha recuperado el orden sin perder creatividad, y que se aferra a la inteligencia de este argentino de tranco ancho y calidad extensa que está convirtiendo los partidos del Madrid en unas clases de tango. El Cuchu fue el artista que imaginó la jugada del 2-0, en la que Guti y Robertinho Carlos construyeron un but (así denominan aquí a los goles) de PlayStation. A falta de Ronaldo y de lo que ocurra en el día de hoy, su compatriota de corazón gigante y velocidad endiablada se convirtió en el cuchillo que diseñó el camino de la ‘supervictoria’ en Montecarlo.

Ronaldo. Horas antes de la velada triunfal, Florentino y Moretti jugaban al ratón durante todo el día, dejándose ver cada uno por su lado por el Puerto de La Condomine (nada que ver con el estadio del Murcia) y la playa de Larvotto. Al lado de SuperFloren estaba Fefé acompañando a su guapísima novia Nuria, y Pitina, convertida en voluntaria de campamento en una jornada en la que su marido pudo recibir, sin exagerar, más de 500 llamadas en su móvil de Siemens.

"Saca a Portillo...". Me veo venir el cambio de debate para este año post-centenario. En vista de que Casillas se crece cada vez que se duda de su titularidad (además, siempre gana las finales, que conste en acta), la hinchada se dedicó a cantar ayer el que será el hit del otoño: "Saca a Portillo, Vicente saca a Portillo...". El chico es muy bueno y gusta. El pueblo siempre tiene razón. ¿O no?

Capitanes. Fue la Supercopa de los capitanes. Hierro, con un cabezazo en plancha, abrió la jugada que permitió a Guti (tercer capitán) marcar el 3-1. También Hierro fue el que lideró la iniciativa de pedir a Morientes, vestido de paisano junto a Celades y Miñambres, que participase de la fiesta de campeones. El Moro se irá con tres Copas de Europa, una Intercontinental, una Liga, dos Supercopas de España... y una Supercopa de Europa. Ésta también es suya. Pero la vida sigue, Portillo irrumpe y Ronaldo todavía es una opción viva. Ronie, si quieres ser feliz y ganar títulos, ya sabes... Por cierto, aviso para los listillos: el triplete está a tiro. 3 de diciembre, Intercontinental a la vista. ¿Será por títulos?