No se va por dinero

Los que no conocen bien a Ronaldo consideran que su pataleta es propia de ese perfil que ha acompañado históricamente a los futbolistas brasileños: caprichosos y egoístas. Pero después de leer con detenimiento el comunicado que el crack hizo en su página web a las 11 de la noche, llego a la conclusión de que el chaval está con la razón de su parte. Si se quiere ir del Inter no es por dinero, la principal razón por la que en otras ocasiones los brasileños han sido irrespetuosos con sus compromisos contractuales. Rivaldo, sin ir más lejos.

Ronaldo lo que le ha ocurrido, simple y llanamente, es que le ha tocado un jefe que carece de mano izquierda y que está despilfarrando su talento tratándole como si fuese un meritorio, un ariete con todo por demostrar. Ronaldo ha pasado un calvario de dos años y ahora ha visto de nuevo la luz. Pero Cúper ha apagado el interruptor con su intransigencia y su insensibilidad para valorar que a jugadores de este calibre hay que llevarlos con mazo de seda.

Ronaldo se encontró ayer con un clima hostil de los tifosi (algo comprensible y esperado), y se recluyó en su casa de Via Pinerolo para hacer lo que más le gusta: ejercitarse con una pelota entre sus cotizados pies. Ronaldo quiere liberarse de los grilletes que en Milán le tienen atormentado y con su famosa sonrisa escondida en un calabozo de sinsabores y decepciones. El Madrid le ha ofrecido, sin ir por detrás, la llave de la felicidad. Moratti debe dar a Ronaldo lo que merece: la libertad.

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