‘El Figo de El Puerto’

Joaquín es como el cielo: puede esperar. En la zona noble del Bernabéu nadie discute su calidad . Gusta al presidente (aunque le emocionaba más Figo cuando lo fichó), seduce a Valdano (que ve en él, a medio plazo, el sucesor futuro del portugués) y entusiasma a Del Bosque, enamorado de la gente joven que evitará lo que él llama "el aburguesamiento de la plantilla". El Real Madrid es el único club de Europa que ahora se podría permitir el lujo de gastarse 5.000 millones por un futbolista, pero Lopera se equivoca si cree que forzando el blindaje de su joyita va a evitar que algún día vuele del nido bético. El Madrid sabe que Joaquín está infravalorado en su ficha (no cobra ni 30 kilos al año) y el madridismo confeso del chaval tiene entusiasmado a una afición que en este Mundial podrido se puso la camiseta del Betis cada vez que ante los surafricanos y los coreanos ‘El Figo de El Puerto’ desbordaba la banda con la misma facilidad con la que un carterista vacía los bolsillos de los neoyorquinos en la Quinta Avenida.

Florentino podría dar un puñetazo en la mesa y dar un órdago de los que nos ha acostumbrado cada año. Pero no lo hará. No piensa jugar con el patrimonio del Madrid ahora que ha saneado sus cuentas, y primero espera que se suelte lastre (Congo, Baljic, Campo, Celades, Flavio, Geremi, Tote, Savio...) para que en Tesorería entren tres o cuatro mil millones que faciliten una operación de refuerzo consistente. Pero Joaquín, mientras que Figo esté jugando en la orilla derecha del Bernabéu, no cogerá el AVE Sevilla-Madrid. Figo tiene cuatro años de contrato por delante (en los que cobrará 4.000 kilos netos) y adelantar su marcha destrozaría el presupuesto.

Paciencia. Es la palabra clave que maneja Florentino, la mano que mece la cuna del mercado europeo de fichajes en este momento. Valdano se afana en buscar acomodo al desecho de tienta que tiene en una plantilla que parece el metro de Tokio en hora punta. Joaquín es el elegido para suceder a Figo, el FIFA World Player. Joaquín es español, madridista, atrevido y, a la edad de Iker Casillas, 21 añitos, la vida le sonríe. Joaquín, tranqui. Terminarás de blanco. Fíate.

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