La hora del "canterazo"

En plena efervescencia mundialista y con el fervor patriótico a punto de llegar a su máxima ebullición, me permito el lujo de reclamar máxima atención para la cualificada cantera del Real Madrid. Su filial, ese equipo que este año ha servido de vivero para que el campeón de Europa calibre el perfil futbolístico de jugadores como Miñambres, Raúl Bravo, Rubén, Núñez, Borja, Souza, Soldado o Portillo, se está jugando su crédito en esa implacable liguilla de ascenso a la Segunda División A, que parece parida y diseñada por un enemigo de este deporte.

Valdano, Florentino y Del Bosque están tan pendientes de la suerte que corra su filial como del fichaje de Lucio o de la repesca de Cambiasso. No es broma. El trazo de la plantilla que defenderá el orgullo blanco en su año 101 de vida presenta un perfil condicionado a lo que hagan los chavales en estas dos últimas jornadas de la liguilla maldita. El doble enfrentamiento con los amigos del Espanyol B induce a pensar que los seis puntos están seguros, pero es preciso que el Almería, un equipazo, pierda uno de sus dos partidos con el Pontevedra, que también se juega la vida. La afición del Madrid quizá no sea consciente de lo que hay en juego, pero si yo tuviera libre la tarde del sábado (no es el caso) cogería a mi chica y me iría a la Ciudad Deportiva a ver a la tropa de Portillo y Miñambres. El Bernabéu les espera ya. Son muy buenos.

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