El héroe de las natillas

Hace un par de meses, un buen amigo de Barcelona me envió un e-mail (por desgracia no era Meg Ryan) en el que me recordaba la maldición existente sobre todos aquellos deportistas que han protagonizado el anuncio de las natillas. Me hablaba de las velas negras que parecían haberles puesto a Crivillé, Ferrero, Gerard, Bruguera, Caminero o Luis Enrique, todos ellos en mala racha desde que salieron en la caja tonta comiendo las dichosas natillas. Con tono perverso me añadió: "Mira, tu querido Casillas ha sido el último en caer, tampoco él se libra de la maldición".

Sonreí y esperé paciente la reacción de Iker. ¡Qué les voy a contar! Glasgow, Suwon... Pase usted por la tienda que el Real Madrid tiene en la Esquina del Bernabéu y lo entenderá todo. Los niños quieren ser Casillas, sueñan con tener el jersey de portero con su nombre y se lo piden a papá como regalo de cumpleaños. Después de Zidane, Raúl o Roberto Carlos, nadie más camisetas que el héroe de Hampden Park. Los responsables de marketing lo tenían en casa y ahora deben de explotar el chollo. Tienen un porterazo admirado en todo el mundo que ha conquistado el emergente mercado asiático. Ese por el que el Madrid estuvo a punto de fichar a un japonés. No hace falta gastarse un yen. El héroe de las natillas es uno de los nuestros.

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