El Barça no-ve-ná

Mira que Florentino está haciendo un esfuerzo supremo por mantener operativa la línea del puente aéreo Madrid-Barcelona. Le permite todo a Gaspart, incluso que éste ponga en duda el capítulo histórico de las cinco primeras Copas de Europa, y evita arrebatarle a Kluivert con tal de respetar el pacto de ‘no agresión’. Florentino no quiere descabellar el toro culé, a pesar de estar agonizando con una estocada en forma de tres años... en blanco. Sabe que la rivalidad Madrid-Barça sigue siendo la que más beneficios genera y confía en que el Barcelona deje de ser ese saco de patatas que todos golpean olvidando el gran campeón que fue en su día, cuando Cruyff lideraba ese Dream Team convertido ahora en La Pandilla Basura.

El Barça no escarmienta. Lleva cinco años buscándole las cosquillas a su enemigo por antonomasia sin mirarse el ombligo, en el que se acumula la suciedad dejada por los escándalos de las comisiones, los desvaríos de Rexach, los despidos de dos de los últimos símbolos del club (Sergi y Abelardo) y el delirante retorno del Jedi... Van Gaal. En esos cinco años el Madrid ha ganado tres Copas de Europa (todas en color, querido Joan), dos Ligas y una Copa Intercontinental. El Barça llora, el Madrid le deja un pañuelo. El Barça no-ve-ná, y el Madrid la levanta en Hampden Park...

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