El Hilton, la Décima y el Calderón

La velada del hotel Hilton de Glasgow dejó para el recuerdo mucho abrazo sincero, una austeridad en el festejo propia de un club grande y la sensación de que el Real Madrid ha sembrado en el Hampden Park la semilla que lo convertirá definitivamente en la institución modélica que ya lo es por sus irrepetibles gestas deportivas. La conquista de la Novena dará paso a una reestructuración sin traumatismos ni malas caras. Desde la victoria es más fácil tomar decisiones alejadas de los revanchismos y los malos humores. Pero hablando de humor, nada mejor que rescatar una de las comidillas de la cena del Hilton. El objetivo ya está en boca de jugadores y directivos. Se trata de situar la máquina del tiempo en el año 2004. Resulta que el Atlético de Madrid ha solicitado a la UEFA que le designen como organizador de la final de la Champions de ese año, gracias a que el Calderón es un estadio cinco estrellas.

Dado que el año que viene toca Liga, los blancos cotizarán en euros una temporada más tarde. En el seno del Madrid ha caído bien la posibilidad de reencontrarse con el añorado vecino, aunque sólo sea para tomar por un día su coqueto estadio. Manolete, fíjate bien. El día de San Isidro (festividad del Centenario) del año 2004, 40.000 madridistas cogerán el metro, se bajarán en la estación de Pirámides, ganarán la Décima ante el Manchester, el Bayern o la Juve... y volverán a casa. Se agradece tanta hospitalidad.

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