El boix noi Gaspart

Hasta ahora le consideraba un presidente estrambótico y simpático a la vez, un boix noi que se había colado en el palco del Camp Nou a costa de su enfermizo barcelonismo. Y digo enfermizo porque usted mismo reconoció que vio empastillado el Barça-Madrid. Los que conocen bien el problema dicen que cuando pasa el efecto del tranquilizante se puede esperar cualquier tipo de reacción, incluida la amnésica. Mire usted, boix Gaspart: El Madrid ganó cinco Copas de Europa como cinco soles, en plena autarquía económica y política por culpa de los latigazos del franquismo y de ese Caudillo que les sirve de escudo protector para justificar sus múltiples fracasos.

Con Franco, su amado Barça ganaba Ligas y Copas mientras que el Real Madrid, siempre pionero, les tomaba cien cuerpos de ventaja alimentando su leyenda en esa Europa que empezó a amar a nuestro país gracias a la pinacoteca futbolística del Santiago Bernabéu. Cayeron cinco consecutivas y hubiesen sido seis si Mr. Ellis y Mr. Leafe no llegan a firmar la bochornosa clasificación de ese Barça que tanto ama usted... con espíritu sádico, porque lo maltrata como si fuese el vecino que más odia. Gaspart, le recomiendo que ponga en su pantalla el vídeo de esas cinco Copas de Europa, y que se deleite con la gran final de Glasgow de 1960, que ha sido, sin duda, la mejor de la historia de la competición.

Joan, mire que ha sido usted torpe por entrar en autocombustión. Ni que fuera Kahn o Effenberg. Ha despreciado al madridismo más puro, al del legendario del blanco y negro, y por eso el 1 de mayo todos le esperan aquí en el Foro para darle un cachete simbólico con una manita (5-0). Eso es lo que se merece por haber intentado quemar las Sagradas Escrituras del Real Madrid. Usted lo ha querido. El Santiago Bernabéu hierve ofendido. Si existía alguna opción de que su Barça remontase el 1-M, usted solito la ha destruido con ese lanzallamas que utilizó en una emisora de radio. ¡Qué pena da, Joan!

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