"Sí, sí, sí, la Novena ya está aquí..."

La afición madridista tardó poco en liberar sus emociones. La Diosa Cibeles fue de nuevo el epicentro de un terremoto de ilusiones que tuvo ayer vacía la capital hasta que el gol vaselinístico de Macca dio rienda suelta a una fiesta espontánea y adelantada a la que puede organizarse en la noche del 1 de mayo. Cerca de 300 seguidores blancos, la mayoría ataviados con banderas de España cuyo escudo era un toro de Osborne, se bañaron en la emblemática fuente mitificada por el madridismo militante.

"Sí, sí, sí, la Novena ya está aquí", "Allez Real Madrid, oé, oé, allez, Real Madrid...". Eran los cánticos más repetidos por ese puñado de adolescentes que no vivieron en primera persona los duelos europeos con el Barcelona de hace 42 años, pero que sí escucharon de sus padres las versiones indignadas de lo sucedido con los arbitrajes de Mr. Ellis y Mr. Leafe. La travesura de bañarse en Cibeles, prohibida por el alcalde Álvarez del Manzano, finalizó pasada la medianoche, cuando dos furgones de la Policía recomendaban desplazar la fiesta a los laterales de la céntrica plaza madrileña.

Los más agresivos con todo lo que significa el Barcelona y que llevan su animadversión hacia el eterno enemigo con más pasión, iniciaron cánticos que hicieron cerrar el micrófono de más de una radio: "Un bote, dos botes, polaco el que no bote...", o el más original y provocador "Gaspart, trabaja, haznos una p...".

Las Policía no tuvo que intervenir porque los seguidores blancos se limitaron a botar cerca de la fuente mientras bebían latas de cerveza. Todos se emplazaron para continuar con el jolgorio el 1 de mayo. Todos sueñan con Glasgow... y con la Novena.