Bajarse al Moro

Hace siete meses, Jorge Valdano recibió un mensaje de Capello: "Queremos al Moro". El director deportivo recibió una oferta mareante de la Roma: 5.500 millones. Valdano, que también es muy alto y cuando era futbolista iba bien de cabeza, se jugó un órdago a la grande rechazando la propuesta. "El año que viene Morientes valdrá más". Se le tachó de loco, de insensato y de jugar con el patrimonio del Madrid. Para su desgracia, el ariete extremeño (nació en Cáceres) y manchego (se crió en Sonseca) falló en San Mamés tres ocasiones que muchos utilizaron para pasarle factura.

Pero la vida suele ser justa. Lo ha sido con Valdano, que ahora respira tranquilo, consciente de que en los próximos días llegarán emisarios del Milán, la Roma y la Juventus poniendo más de 8.000 kilos sobre la mesa. Y, sobre todo, el devenir de los acontecimientos ha premiado la constancia de este chaval de 25 años. Con esa edad, puede explotar esa madera de fino trazo que no terminaba de lucir con goles. No es que ahora haya que bajarse al Moro y rendirle pleitesía. Simplemente, es necesario ser justo. Su manita del domingo tardará en ser olvidada. ¿O no?

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