Un combate separa a Rafa Lozano de compartir historia con su padre

Repetir la historia. Todo hijo que se dedica a la misma profesión que su padre tiene como objetivo, al menos, igualar lo conseguido por él. Sin embargo, cuando tu progenitor es doble medallista olímpico la cosa se complica bastante. Rafa Lozano Jr. (19 años) está más cerca ahora de soñar con acercarse al palmarés del ahora seleccionador de boxeo español. El cordobés de 54 años fue bronce en Atlanta 1996 y plata en Sídney 2000. La última del deporte de las doce cuerdas conseguida por España en Juegos Olímpicos. Su vástago está ahora a una victoria de asegurarse un metal en París 2024 tras derrotar al australiano Yusuf Chothia, quinto cabeza de serie.

Vestido de azul y con una amplia sonrisa en su cara, Rafa salía al ring en el Nord Paris Arena, con la presencia como espectadores de mitos como Gervonta Davis, Gennady Golovkin o Oleksandr Usyk. Su rival le esperaba con gesto serio. Campana y al lío. Primer asalto y el español tomaba el centro del ring. Ágil movimiento de piernas y brazos veloces para empezar a sumar puntos. Chothia era avisado por el árbitro argentino por un upper cuando estaban agarrados. Fin de los tres minutos y los cinco jueces (canadiense, uzbeko, iraní, marroquí y argelino) daban clara ventaja al español. Había que seguir. Chothia dio un paso adelante, siempre con la guardia muy caída. Algo que Rafa aprovechaba para impactar casi continuamente. El australiano no sabía como entrar en la guardia de Lozano, velocísimo en sus movimientos. De nuevo, cuatro jueces vieron mejor al español, sólo el canadiense parecía estar presenciando otro combate.

Faltaban tres minutos para el pase a los cuartos de final. Había que aguantar, Lozano tenía el pase a cuartos muy cerca. Chothia se lanzaba a la desesperada, sabía que tenía perdido el combate. Pero Lozano estaba tranquilo y seguía llegando con su derecha y sorprendiendo de vez en cuando con los ganchos de izquierda. Arriba y abajo. Y esquivando de manera primorosa los envites del aussie. Final. Beso en la frente del padre al hijo. Sólo faltaba certificar lo que todo el mundo había visto, la victoria de Rafa Lozano. Brazo derecho en alto del español levantado por el árbitro. Victoria incontestable. Una más y se asegurará colgarse una medalla (2 de agosto, 16:50). Como Reyes Pla (1 de agosto, 13:08), como Ayoub Ghadfa (2 de agosto, 22:24). Tres españoles tienen opción a medalla, y todavía falta José Quiles (mañana, 11:16). Su rival será el dominicano Yunior Alcántara, cuarto del ranking.

“Siempre que boxeo estoy muy seguro de mí porque sé todo el trabajo que he hecho. Intento dar esa sensación de tranquilidad. No sé si tendré otra oportunidad como esta, así que hay que aprovecharlo. Para mí cada combate es uno más, no pienso en la importancia de estar en los Juegos. Estoy a una victoria de la medalla, muy contento. Mi padre está haciendo un gran trabajo con la Selección, ya lo hizo como boxeador y ahora como entrenador. Estoy muy orgulloso de él y yo saco un extra viéndole en mi rincón. Sin él no sería lo mismo”, decía Lozano Jr. a los medios, AS entre ellos.

Al menos tan orgullo como Júnior, estaba Rafa Lozano Muñoz. “Ha aprovechado fenomenal cada fallo del rival. Hemos venido a por medalla, él quiere el oro nada más. Ha hecho un gran trabajo, ha peleado de manera muy inteligente. Estoy muy orgulloso de él. Lo paso mal con todos, pero evidentemente Rafa es mi hijo y es un plus de sufrimiento”, decía feliz. Balita ya no, verdad? “No, no es un cañón (risas). Mete unos golpes durísimos, como un peso grande. Ya tiene lo que yo conseguí en mis primeros Juegos, en Barcelona, el diploma. Ya ha igualado mi debut. Esperemos que se salte ese estreno y pase directamente a la medalla”. Como seleccionador, la situación en París es muy ilusionante. Tres púgiles a un combate de la medalla. Responde Lozano a AS: “Llevamos ya tiempo trabajando con seriedad, midiéndonos con los mejores en todos los campeonatos posibles y estamos consiguiendo muy buenos resultados. Pero aún falta, hay que llevarse chapa. En Tokio pensábamos lograr medallas y nos quedamos en blanco. Hay oportunidad, está claro, pero hay que concretarlo. Es boxeo y no sabes qué puede pasar”.