El coco espera en la final

Estados Unidos confirmó su papel de candidata al oro olímpico certificando su pase para la gran final de París. Las de Emma Hayes sufrieron como nunca en estos Juegos. Fue en la prórroga, ante una mermada Alemania, cuando un gol de Smith inclinó la balanza hacia la mejor selección de la historia. Esa que tiene ya en su vitrina cuatro medallas de oro y quiere recuperar su estatus mundial, perdido en los últimos tiempos.

Estados Unidos llegaba como un tren de alta velocidad y Alemania como una locomotora. Todo se complicó para las europeas antes de saltar al Groupama Stadium de Lyon, ya que dos de sus pesos pesados como son Popp y Schūller -su máxima goleadora histórica y su pichichi en el torneo, respectivamente- estaban KO. Eso obligó a mover al técnico el equipo, a cambiar el plan, poniendo a cinco jugadoras en el centro del campo y una en punta, Anyomi.

Muy diferente era el panorama para las estadounidenses, con todas sus estrellas sobre el verde. Una amenaza constante, que llevó el dominio desde los primeros instantes del choque. Curiosamente, no fluía tan plácidamente como hacía nueve días cuando ambas selecciones se midieron ya en los Juegos.

Las germanas contenían las embestidas de las Rodman, Smith y compañía. La veterana defensora Hegering incluso no se amedrentaba para sacar el balón con el pie, dándose lujos. Con demasiada calma se llegó al descanso. Todo estaba por decidir.

Con la salida de Williams, las de Hayes aceleraron y Swanson tuvo un mano a mano que se fue por poco. El reloj corría rápido y el choque cogió un tinte nuevo, de ida y vuelta. A la desesperada se produjo un remate de cabeza de Horan que la blocó Berger.

Las norteamericanas comenzaron un asedio, pero fue demasiado tarde. Todo se iba a decidir en la prórroga. EEUU se puso el mono de trabajo y a los cinco minutos desniveló el marcador: pase filtrado de Swanson y remate perfecto de Smith. La propia Smith tuvo el segundo, pero lo sacó Berger con los pies. Y otra por abajo. Hayes cumple con las expectativas y devuelve a las norteamericanas a una nueva final. Ya son la gran amenaza por el oro.