El ‘bis’ de Jokic contra el Dream Team

Circula por ahí y se ha hecho viral estos días una estadística sobre los números que hace Serbia con y sin Jokic en estos Juegos Olímpicos. En el primer partido del torneo en el Pierre Mauroy, los de Pesic perdieron contra el Dream Team (110-84). Sin Jokic en la pista, Serbia hizo un -26… La matemática no avanzada diría que el genio de Sombor debería jugar los 40 minutos del partido para poder empatar contra Estados Unidos… Pero las cosas no funcionan así.

Pero sí, habrá bis de Nikola Jokic contra el Team USA. De Lille a París, muy pocas cosas han cambiado. Pese a tener algún tesoro más como Bogdanovic y Micic, Pesic lo hace girar todo alrededor de Jokic. Zorro viejo, habrá que saber si el maestro de Novi Sad, 74 años, pone toda la carne en el asador este jueves (21:00 horas) en Bercy o, admitiendo que el Dream Team vive en otro planeta, dosifica a sus jugadores para la batalla del bronce.

Es inevitable hacer ese ejercicio de realismo viendo desempeñarse al equipo de extraterrestres que dirige Steve Kerr. Con dos marchas menos puestas, y dejándose ir para obsequiar al aficionado con alguna delicatessen, ha metido 109,8 por partido con un porcentaje del 55% de acierto en tiro, el mejor del torneo olímpico. Una mezcla de talento individual y el colectivo que le permite canastas fáciles. Al mano de las operaciones está LeBron James, que está firmando unos Juegos maravillosos. Un broche de oro a su trayectoria olímpica, que quedará para el recuerdo. Como la de Kevin Durant, a un paso de entrar en la leyenda como primer hombre en ganar cuatro oros olímpicos en el torneo de baloncesto.

Mientras Steve Kerr se deleita con sus ayudantes (Spoelstra, Few y Tyronn Lue) en el banquillo, los jugadores participan del show que les propone la grada. LeBron se desternillaba el martes cuando se levantó a saludar creyendo que la gente gritaba su nombre cuando todo el Bercy Arena señalaba a Lèon Marchand, héroe local de los Juegos, que estaba en la grada como uno más, viendo el partido en un asiento normal. El Elegido estuvo espectacular contra Brasil. Y cuando se sienta a descansar, aparece Anthony Edwards, que llegó al training camp de Las Vegas decidido a ser protagonista en un equipo en el que otros figurones como Curry o Tatum están teniendo roles más discretos, esa palabra que no está en el vocabulario de Embiid, burlón y picante con el público local. Una final Francia-Estados Unidos le resultaría hasta divertida… Disfruten de la velada. Dos noches más con el Dream Team antes de que, casi de manera irremediable, ascienda a los cielos de París como el equipo más grande.