Bélgica hace añicos a España

Las peligrosas ‘Gatas’ de Bélgica, con sus torres Emma Meesseman (19 puntos, nueve rebotes y seis asistencias) y Kyara Linskens (19+8) al mando, se pegaron un festival de baloncesto este miércoles en el Bercy Arena e hicieron añicos el sueño de la Selección española de baloncesto femenino (66-79), que se va para casa sin cumplir el objetivo que tenía cuando pisó la Villa olímpica de París: luchar por una medalla. España, al menos este miércoles, demostró estar lejísimos de un equipo que tuvo pie y medio fuera de los Juegos después de sus dos primeras derrotas en el torneo, pero que supo reaccionar contra Japón y llegó de dulce al cruce. A España nada de lo que vio pudo pillarle por sorpresa, porque sabía bien lo que le esperaba. Su problema fue que, simplemente, las belgas las sacaron de la pista con un baloncesto, además, bello. Muy elogiable. Y cuando esas cosas pasan en deporte, más en este escenario de espíritu olímpico, sólo se puede aplaudir al rival.

Si el plan era parar a Meesseman, el partido empezó mal. Dos triples de la fabulosa jugadora del Fenerbahçe dieron el pistoletazo de salida (2-6). Pero la belga es mucho más que una anotadora. Desde sus manos fluye el juego de Las Gatas, que se sentían bendecidas después de su exhibición contra Japón el pasado domingo y llegaron subidas a la ola buena. Y, una de dos, a España le faltó intensidad para meter manos; o velocidad e inteligencia para anticiparse a las jugadas. La Selección no hizo una sola falta en el primer cuarto y permitió que las belgas desplegaran su juego de pases, que las disparó a un 37-48 al descanso, con 16 asistencias y un 61% de porcentaje en el tiro que se elevaba al 71% desde la línea de tres. Era evidente que España se descolgaría en el momento en el que le faltase acierto. Gustafson, triple incluido sobre la bocina del primer cuarto (26-26) mantuvo a las de Méndez en el partido hasta que llegó el apagón. Más de cuatro minutos y medio sin anotar que Bélgica castigó con un parcial de 0-12 que, inevitablemente, llevó el partido al descanso a un preocupante (37-48). Si España no era capaz de detener la sangría de Meesseman (14 puntos y cuatro asistencias) y Linskens (13 puntos) se iba a quedar sin opciones de luchar por las medallas.

Méndez movió el árbol después del descanso. Metió en la cancha a Mariona Ortiz, Queralt Casas y María Araújo. Necesitaba cortarle como fuese el grifo a las belgas, que estaban inspiradísimas y ni se inmutaron. Delaere y Vanloo se sumaron a la fiesta de las ‘Gatas’. Méndez paró el partido en el minuto 24 con una ventaja ya casi insalvable (39-57). Con el plan A y el B en la basura, España tenía que provocar que pasase algo para provocar un terremoto en un partido aciago. Pero eso no pasó. Méndez se quedó sin cartas, aunque sí premió a Alba Torrens con sus últimos minutos en unos Juegos (veremos si en la Selección). Su familia, que había vivido sus otras citas olímpicas más lejanas (Pekín, Río, Tokio) desde casa, sí ha podido estar aquí para aplaudir la despedida olímpica de una jugadora histórica.

Las ideas de las jugadoras de España estaban nubladas. Su cabeza, seguramente, en otro lado ya. El último cuarto fue una tortura, lejísimos de las belgas, que celebraron un justísimo pase a semifinales, y con ganas de que todo se acabase para volver a casa. Estas experiencias también curten.