Zala Mersnik despierta al Sporting Huelva

Zala Mersnik (Maribor, 2001) se convirtió en la heroína del Sporting Huelva el pasado domingo. La portera eslovena fue un muro y paró todas las intentonas de un Granada que tuvo ocasiones de sobra para empatar. Pero ahí estaba Mersnik. Sus paradas valieron la primera victoria del curso para las onubenses después de 13 jornadas disputadas. Tres puntos de fe y de esperanza. La salvación parece imposible, pero no lo es.

Mersnik lleva 45 paradas en lo que va de curso, la tercera de la Liga F, eso sí, con menos partidos. Porque la eslovena se ha estado turnado la portería con la veterana Chelsea. Zala ha jugado nueve partidos de los 14 disputados, más de la mitad, con una media de cinco paradas por encuentro. A sus 22 años es toda una veterana porque lleva desde toda la vida bajo palos. Empezó en el equipo de su ciudad, Maribor, con siete años y a los 16 se fue al ŽNK Teleing Pomorje Beltinc donde le dieron la alternativa en la máxima categoría. Era 2017, cuando su vida cambió por completo. Pasó a ser titular en la liga de su país y, a pesar de tener sólo 16 años, le llamó la selección absoluta. Había destacado con la Sub-17 y dio el salto directamente. El 20 de octubre de 2017 se estrenó en la derrota en casa por 0-4 en el partido de clasificación para la Copa del Mundo contra la República Checa. Su progresión llamó la atención de la Bundesliga, donde se trasladó con sólo 18 años.

Sin embargo, no le salieron las cosas como esperaba en el Turbine Potsdam. Porque la eslovena siempre estuvo a la sombra. Y, cuando Vanessa Fischer se lesionó para un periodo importante, el entrenador alemán contrató a otra guardameta. Mersnik estaba condenada a ser la tercera portera. Así que ese mismo verano, en 2022 cambió de aires. “Soy portera tranquila que siempre está preparada para ayudar a sus compañeras. Me gusta el uno contra uno, me gustan los tiros de larga distancia, así que pienso que soy una portera actual que disfruta del partido todo el tiempo”, se definió ella misma cuando aterrizó en tierras onubenses. Ahora tiene el complicado reto de salvar al equipo tras un inicio de liga muy difícil. Y su implicación es máxima. Las lágrimas de alegría cuando terminó el duelo en Granada son una prueba más de ello. Son cuatro puntos los que tienen las onubenses por los nueve del Villarreal, que marca la salvación. Nada es imposible y con Mersnik bajo palos menos…

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