Yeray: “Diez meses me parecen justos y lo asumo”
El central del Athletic comparece públicamente para hablar sobre el positivo que le va a mantener fuera del fútbol diez meses. Fatídico error por unas pastillas de su mujer contra alopecia.
Yeray ha comparecido hoy en el hotel Carlton de Bilbao, en pleno corazón de la ciudad, en una multitudinaria rueda de prensa, acompañado por toda la plantilla, un buen número de directivos, miembros del cuerpo técnico, además, como no podía ser de otra manera, del jefe de los servicios médicos, Josean Lekue, su representante Tainta, la agencia de comunicación que le lleva y una nube de cámaras. La cita, ajena a una instalación del club y con el protagonista de calle, sin ropa rojiblanca, porque permanece apartado de la dinámica general, ha servido para ver a un hombre tocado pero asumiendo su culpa y sin caer en el habitual victimismo que adorna este tipo de testimonios. Ha concluido con un aplauso cerrado de sus compañeros.
La UEFA detectó un positivo en un control efectuado el 1 de mayo, tras el partido de ida de la semifinal de la Europa League entre el Athletic y el Manchester United, disputado en San Mamés. Lo más duro ha sido pasar estos meses casi como un proscrito, sin poder comentar nada a sus familiares y compañeros. El análisis de la muestra del jugador, realizado por un laboratorio acreditado por la AMA, reveló “la presencia de canrenona, una sustancia prohibida tanto dentro como fuera de competición en la categoría S5″.
Un mazazo absoluto que se suma al que tuvo que vivir años atrás por un cáncer testicular. El central no ha querido eludir su responsabilidad en ningún instante. “Quiero dejar claro que nunca he sabido que estaba tomando una sustancia prohibida para aumentar el rendimiento ni nada por el estilo”, ha matizado, eso sí. Después ha realizado un repaso cronológico de los hechos que han llevado hasta este punto sin retorno.
En 2016 arrancó el proceso de quimioterapia, “fueron momentos duros”. “El mayor temor cuando empiezas con ese proceso es la pérdida del cabello”, destacó. A raíz del mismo y después de superar la enfermedad, en una de las revisiones rutinarias, el oncólogo le aconsejó sobre un tratamiento para combatir la alopecia, ya que tenía el pelo mucho más débil. Empezó con el mismo en 2022. Se administraba una pastilla y un espray para el pelo. Todo lo que hacía lo ponía en conocimiento del médico del Athletic, como es preceptivo en los deportistas de élite, “para que todo estuviese en regla este tiempo, y a día de hoy lo sigo haciendo”.
El caso es que su pareja, Naia, comenzó un tratamiento prácticamente idéntico en diciembre del año pasado. Ambos llevaban las mismas rutinas por la noche, antes de acostarse. La semana previa al partido contra el United, al ir a tomar la pastilla se dio cuenta de que no le quedaban, siempre según su relato. Fue a por el bote de repuesto, pero no tenia. “Fruto del estrés, decidí tomar la pastilla de mi pareja, pensando que tenia lo mismo”. Incluso más gente de su familia también las toma, pastillas con minoxidil, la sustancia para fortalecer el cabello. Pero no sabía que ese momento iba a marcar su futuro inmediato, “sin saber que lo que contenía era otra sustancia, que estaba prohibida”.
El golpe llegó cuando Valverde, “que cambia poco de cara” le dijo que fuera a hablar con el médico con un tono muy serio; “no sabía qué era, pero intuía que algo raro pasaba”. La primera sensación fue de incredulidad. “Empezamos a hilar por sitios, por dónde había salido la sustancia. Fui a casa y me empecé a volver loco”, destaca, al tiempo que agrega que la UEFA da credibilidad al relato.
Algo nervioso y emocionado, se esforzó por pedir perdón a aficionados y compañeros. “Han sido meses complicados, le das vuelta a muchas cosas. El que vive esta situación soy yo pero también os implica y compromete a vosotros”, lanzó mirando a una plantilla con caras de preocupación. Además, dejó claro que no va a cobrar ni un euro estos diez meses. “Mi salario no va a existir, ha sido un error que he asumido desde el primer momento”, confesó. De momento sigue consultando con sus abogados si van a recurrir la sentencia. Además, acaba contrato en 2026, pero ni se le pasa por la cabeza pensar en una renovación como gesto de ánimo del club.
Mentalmente estaba destrozado, tenia ganas de sacarse todo de dentro, y dar las explicaciones. “Todo estaba bajo confidencialidad, ni a mi abuela le podía contar lo que había pasado”, se entristece. Eso sí, tiene una pauta de entrenamiento marcada por el club y se ejercita este tiempo con el Derio de su amigo y excompañero Muniain. “Lo más difícil es no poder estar con mis compañeros, llevo diez temporadas en el club, infinidad de días juntos, en cuestión de meses los he visto dos veces, no poder ir al trabajo y estar en el día a día es lo peor”. No sabía ni a lo que se enfrentaba, todo eran incógnitas, pasó el verano con gente a la que no podía contar nada, “ha sido duro, un error que puede cometer cualquiera, pero lo he llevado con mucho positivismo”.
Lo que más le anima es el apoyo incondicional que ha recibido de todo su entorno. Gurpegui le mandó un mensaje de apoyo, “el más que nadie sabe de esto y la situación”. Lo que más le ha conmovido es el tuit de Iñaki Williams prometiendo que van a ganar la Copa y por entonces él la va a levantar.
“Estaba tranquilo, sabía que se trataba de un error humano que lo podía cometer cualquier persona”, resalta con serenidad. La mayor desgracia es que se pierde casi toda la temporada de Champions. “Me hacía especial ilusión, todos sueñan con jugarla. Piensas que tienes mala suerte, que el camino está lleno de baches y obstáculos, todo esto te hace crecer como persona y valorar ciertas cosas, ojalá pudiera volver atrás y no haber tomado esa sustancia, pero vamos a mirar hacia delante”, rememoró.
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Ahora solo toca apechugar, porque era visto que la sanción sería dura. “Sabíamos los baremos de sanción en este tipo de casos y dentro de lo que son las sanciones, diez meses me parece lo justo y lo asumo”. Pero no deja de dar vueltas a aquel maldito día. “Piensas en volver a ese día y no hacer lo que hice, pero ha pasado y asumes las consecuencias, diez meses, las normas están para cumplirlas y no lo he hecho, hay que mirar para delante”.
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