Vinicius, para mal y para bien

Hay pocas estrellas capaces de ofrecer durante una hora un partido truculento y en un pispás destruir al rival. Vinicius está entre ellas. Con el brasileño nunca se debe descartar que de la nada algo genere un clic en él que ponga en combustión al Real Madrid entero y desnivele todo para su equipo. En Vitoria volvió a hacerlo. No dio una hasta que en un balón largo descoyuntó a Jonny Otto y salvó el match ball de Xabi. Quién se atreve a mandar al banquillo a un lanzallamas así...

Xabi, desde luego, no. O por lo menos el aguantar le acabó dando dividendos. Vinicius andaba perdido. Deslabazado (falló casi la mitad de sus pases cerca del área, el 45%), desplazado por Mbappé y con dificultades para abrochar un mínimo regate (falló sus cinco primeros intentos). Pero el 7 sólo necesitó una pelota al espacio en la que poder lucir sus virtudes dormidas para hacer saltar por los aires a Otto y al Alavés. El mejor ejemplo que Vinicius es absolutamente impredecible es que en un uno contra uno contra el mismo defensor minutos antes el intento de regate del brasileño terminó en saque de puerta. De la pifia al mazazo en un pestañeo. Y prácticamente en la siguiente, otra de poderío en la que Tenaglia le hace penalti aunque García Verdura no lo viera. Material de genios.

El gesto en la tregua

Pero sobre todo fue decisorio ese pase a Rodrygo para el 1-2 porque fue un flotador directo a la cintura de Xabi. También simbólico. De gestos entre técnico y plantilla sentidos o diplomáticos va el asunto y no está el Madrid para rechazar las gestualidades positivas. Vini se acercó a darle un abrazo al tolosarra tras su asistencia, cierto que sin la efusividad de Rodrygo el otro día contra el City, pero también le brindó otro al ser cambiado. Escenificar la tregua siempre ayuda. “¿Ese abrazo de Vini es el de la plantilla a Xabi Alonso?”, le preguntaron directamente a Xabi en la sala de prensa de Mendizorroza. El técnico blanco así quiso creerlo: “Estamos en esto juntos y la unión es fundamental”.

Mil minutos seco

Salvador, pero a Vinicius no sólo le queda por corregir esa irregularidad. Tiene un pleito con el gol que no cesa. Con lo de Vitoria eleva la mala racha a 1.036 minutos. Difícil de justificar para un delantero del Madrid y un The Best. Son dos meses y una semana de sequía. El Vini nuclear de Atenas y el de los diez minutos clave en Vitoria es mucho, pero este Madrid necesita más.

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